jueves, 2 de abril de 2015

Crítica de “Insurgente”

-Peor que la anterior, otro pastiche de franquicias juveniles, manufacturado y sin nada que ofrecer. Para colmo, esta entrega es indeciblemente soporífera.

-No hace falta que sigáis leyendo, sencillamente no vayáis a verla al cine, es malísima.

Lo dije el año pasado cuando analicé “Divergente”, que las sagas juveniles cada vez se molestan menos en darle al público lo que se merece y que ciertamente era algo lógico utilizar la ley del mínimo esfuerzo si de todas maneras consigues un éxito asegurado. Que el libro de Veronica Roth no ayuda es una verdad como un templo, pero el mínimo exigible para con estas películas sin relecturas, densidades ni subtextos, es el entretenimiento. Y este nuevo producto de adaptación juvenil no cumple ni los mínimos, es decir que no sólo tiene un guión de broma, una dirección totalmente falta de talento y/o estética y en general un conjunto muy caro de apartados totalmente mecánicos, la guinda del pastel es que como blockbuster primaveral, es un tostón tan colosal que a uno le dan ganas de revisionar hasta “The Host” (2013), y estoy siendo muy cuidadoso con mis palabras. Se pierde la ágil dirección de Neil Burger (Sin Límites) para dejar paso a Robert Schwentke (R.I.P.D. Departamento de Policía Mortal). Los guionistas de la primera parte también dejan paso a dos nuevos, algo que parecía prometedor pero que ha resultado ser igual de desastroso, los nombres a cargo del guión son los de Akiva Goldsman (Batman y Robin, Cuento de Invierno) y Brian Duffield. El reparto tiene algún fichaje interesante como Naomi Watts pero el resto continúa igual.

Una película que desde el primer minuto resulta pesada y que va empeorando a lo largo de sus innecesarias dos horas de duración sin aportar absolutamente nada ya no nuevo sino minimamente llamativo o interesante es lo que se llama una mala película. “Insurgente” fácilmente podría ir un paso más allá de esa definición junto con la otras películas nocivas de la temporada, “Obsesión” de Rob Cohen y “Cincuenta sombras de Grey” (otra exitosa adaptación de un libro pésimo), y es que esta nueva entrega de esta nueva saga adolescente de esta nueva -y terrible- moda no se conforma con ser tediosa hasta la nausea y no aportar nada reseñable, sino que más allá de seguir la fórmula al pie de la letra, es una película horrible. No hay ningún apartado que llegue al aprobado a parte -tal vez- de los efectos digitales, carentes de cualquier tipo de originalidad. Tal vez una de los problemas más irritantes es que tampoco parece avanzar, “Divergente” me parecía un filme preparatorio de lo que estaba por venir, “Insurgente” es una especie de película puente que se debate entre recordar incesantemente los pocos momentos cruciales de su predecesora y enfatizar los trascendentales acontecimientos que están por llegar en las futuras entregas.

El guión es patético, tiene algunas infulas de grandiosidad de esas que le gustan a Goldsman y el resto es una refrito insultante y previsible. Ya ni me importa que la fuente original esté escrita de cualquier manera y tomando partes de varios cientos de novelas juveniles similares -o iguales-, porque lo que debo analizar es el trabajo de los guionistas, que es espantoso. Diálogos irrisorios y cansinos, personajes planos sin ningún interés, giros de guión totalmente incoherentes, efectismos baratos, Deux ex machinas, soluciones sin explicación, etc. Y a parte de fallos desperdigados por el libreto está el más problemático de todos, la falta de dramatismo o emoción de una propuesta que se toma muy en serio a si misma pero no lo demuestra por ninguna parte, como pueden interesarte lo más mínimo esos personajes o lo que les ocurra si no parece interesarle ni a los propios guionistas, llegados a este punto ni te lo crees ni te importa. Por si eso fuera poco el trabajo de dirección refuerza esos problemas e incluso los agrava, Schwentke convierte las escenas de acción -y el resto- en algo feo y falto de cordura, no consigue que un buen reparto haga un buen trabajo y ni con el presupuesto de la cinta es capaz de lograr un apartado visual un poco original o atractivo. Atención también al montaje, tiene que ser malo para lo sentidos.

La saga empezó mal y ha ido a peor, si la primera entrega podía refugiarse en su función de entretener a su público objetivo, esta ni siquiera cumple ese mínimo exigible. Si hay algo bueno a mencionar aquí sería un sarcástico Miles Teller que cumple su función de secundario con acierto, y eso que seguramente ni tenía ganas de hacerlo. Lo demás es la misma basura reiterativa y manufacturada de siempre, algo que no cambiará si los fans no exigen más. Lo dicho, no vayáis a verla, es malísima.


Alejandro Arranz

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