Dos años después de que Mariana Rondón rodase "Pelo malo" en Venezuela, llega a nuestro país (de forma casi clandestina) este incómodo cuento de desamor materno, que también de odio. Ganadora de cinco merecidos premios Fénix, dos premios Astor, un premio del festival de la Habana y la Concha de Oro -entre otros-. El filme cuenta, a grandes rasgos, la historia de Junior, un niño Venezolano que quiere alisarse el pelo como sus cantantes pop favoritos para hacerse la foto para el inicio de su curso escolar. La difícil vida en su barriada (una de las mas peligrosas de la ciudad), la compleja situación de su madre soltera (sin trabajo y con una constante amargura) y la latente homosexualidad infantil hacen de esta original historia, un paseo por un barrio imaginario al que el mundo dio la espalda siempre.
La directora construye una fábula cuya desagradable moraleja sólo nos muestra un mundo hostil en el cual los niños se tiran al suelo para evitar los disparos diarios y se levantan para seguir jugando. Es aquí, en medio de esta podredumbre, en la que crece Junior, al igual que muchos niños venezolanos. Él solo quiere que su madre le quiera, pero parece como si ella lo odiase, de hecho el desprecio cada vez es mayor, dando lugar a las situaciones mas incómodas de la película, como esa en la que Junior tararea en el bus y su madre se levanta y se cambia de asiento, o cuando va al médico y le pregunta que hacer porque "su hijo es maricón". Las imágenes del barrio, los partidos en la jaula, los vecinos enfrascados en su pequeño mundo de violencia, los tendales, los patios de luces, las ancianas que conversan en su locura, todo hace que la banal historia de Junior se convierta en un drama de proporciones épicas.
Samuel Lange Zambrano me parece un descubrimiento fantástico, de lo mejor de 2013, su voz, sus movimientos amanerados, todo. Borda el papel sin caer en la parodia o en el juego, habitual en un interprete tan joven (y novato). Pero quien se lleva la palma es Samantha Castillo, la terrible madre/segurata que, a pesar del drama en que vive continuamente, es imposible no odiarla aunque sea solo un poco, las miradas de desprecio que dirige a su hijo mayor (tiene un bebé que quiere mucho) son "bocata di cardinale", todo amenizado con una buena dosis de sexo por dinero, desagradable situación que el niño conoce y que contribuye a alejarlo más de su madre. En resumen, una película tan desagradable como necesaria, bien escrita, dirigida e interpretada, que de haber nacido en otra nacionalidad se le daría mas bombo, por desgracia. Podría seguir hablando, pero si queréis saber si Junior se consigue alisar el pelo, debéis ver la película, no os arrepentiréis.
Chema Montero
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