domingo, 26 de julio de 2015

Crítica de “True Story”

-Aunque las intenciones del debut de Goold son admirables, el filme no alcanza su objetivo. No se trata de si se lo creen o no, sino de que resulta mucho menos interesante de lo que debería.

-A pesar de moverse entre elementos de telefilme, el estilo visual de Goold y el potente trabajo de su reparto logran hacer más llamativa la propuesta.

El nominado al Bafta por el telefilme “The Hollow Crown”, Rupert Goold, debuta en la dirección de largometrajes cinematográficos con una historia real basada en las memorias del periodista Michael Finkel, en las que se nos cuenta -entre otras cosas- la relación de Finkel con el asesino convito Christian Longo tras conocerse como entrevistador y entrevistado respectivamente. El guión lo escribe David Kajganich (Invasión, Blood Creek) y en el reparto tenemos a un fantástico grupo de actores encabezado por el triángulo protagonista de la propuesta, compuesto por Jonah Hill, James Franco y Felicity Jones.

La cinta comienza correctamente, introduce algunos temas interesantes, presenta a sus personajes y poco a poco busca crear esa conexión entre Finkel y Longo. No obstante el desarrollo de la trama es rutinario y lo único que evita la teatralidad es la dirección de Goold, que a pesar de su buena labor aún tiene algunos hábitos no demasiado acertados cuando se trabaja para cine. Sin embargo un acierto rotundo del director es centrar la atención en sus intérpretes, porque el duelo interpretativo entre Hill y Franco es la razón para visionar “True Story”, ellos son lo único cautivador del filme. Ambos brindan veracidad, intensidad y un buen número de matices a la historia. También hay que decir que Franco flaquea en algunos tramos cruciales, en los que le falta credibilidad. Y para completar el triángulo antes mencionado, tenemos a una desaprovechada Felicity Jones, que a pesar de sus pocos minutos en pantalla tiene un par de momentos muy sólidos. El guión no funciona, donde debería haber una historia fascinante sobre el crimen, la psicología de un asesino, el periodismo y la ética profesional, me encuentro con un thriller corriente con demasiado diálogo y ninguna garra, que no creo hubiera soportado sin la presencia de Hill y Franco. Aparte Kajganich tampoco profundiza en otros aspectos tan interesantes como ese reflejo retorcido de uno mismo y en su intento de hacer más interesante la historia, se inventa un par de aspectos de la misma, con resultados igualmente fallidos.

Finalmente Rupert Goold debuta con un thriller dramático apático y poco arriesgado. Sin aristas, sin emoción y en constante desaprovechamiento de una buena historia debido a una narración desidiosa y sin chicha. El filme sólo convence gracias a las interpretaciones de sus protagonistas, especialmente Hill, que vuelve a demostrar ser un actor rebosante de talento. Esta historia real falla en sus aspiraciones, no logra que espectador participe en la trama, no logra que se interese por ella y llegados a este punto es indudable que a ese espectador le importa bien poco -o nada- que la historia sea o no real.


Alejandro Arranz

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