Siempre es difícil volver a primera línea tras una larga pausa de las obligaciones. Es abrumador encontrarse cara a cara con la página en blanco, pero hay que sobreponerse a ello. Como haría Carol Danvers, la nueva heroina del UCM que llega dispuesta a conquistar los corazones de aquellos que aún no la conozcan de las páginas de los cómics. Fue “Wonder Woman” la que tomó los riegos y se encargó de demostrar que un blockbuster superheroico podía estar protagonizado -y dirigido- por una mujer. El triunfo de Gadot, Jenkins y Warner-DC ha allanado el terreno para que Marvel pueda canalizar el mismo concepto pero dentro de una fórmula, la suya, que sigue funcionando a la perfección de cara al público. La dirección corre a cargo de Anna Boden y Ryan Fleck, dúo que un servidor descubrió con la infravalorada “Mississippi Grind”, y al liderazgo de Brie Larson le sigue un reparto de abanderados entre los que encontramos a Samuel L. Jackson, Jude Law, Ben Mendelsohn o Annette Bening. El boicot sufrido por la película proviene de despropósitos tales que el poco culo de Larson, su supuesta escasez de sonrisas y una ignorante confusión de sus ideales integradores con racismo y misandria. Bien, les diré una cosa, puede que lo nuevo de Marvel-Disney no sea especialmente brillante o estimulante, pero Brie Larson y su Capitana Marvel son algo excepcional.
Durante toda la película queda claro que Marvel ha querido ser mucho más conservadora que DC al realizar su primera película con protagonista femenina. Lo increíble es que esa decisión también le haya salido bien. Más allá de la imagen indeleble de una niña que crece a base de seguir levantándose cuando le dicen que no puede, la creación de ese icono tricolor para todas las niñas que aspiran a ser fuertes e independientes atraviesa una única idea tan clara como poderosa: no necesitas demostrar nada. Carol Danvers es una heroina de carisma desbordante, de valores bien puestos y un poder irrefutable, no porque sus rayos sean capaces de destrozar flotas espaciales, sino porque su fuerza viene de ella misma, de su autoestima, su voluntad y su imponente feminidad, pero sin estereotipos ni explicaciones. Es una pena que la película, en general, no sea tan satisfactoria ni efectiva como el personaje al que presenta. Y es que estamos ante otra convencional historia de orígenes que resulta más previsible y menos inspirada que las demás (quitando al Hulk de Leterriet). No sorprende la poca calidad del villano, la clarividencia de los giros (hay uno predecible pero brillante) ni la reducción de la densidad dramática, lo hacen el mediocre apartado visual y la completa falta de emoción que recorre la cinta, con resquicios de diversión en la química Jackson-Larson, el gato Goose y los guiños noventeros.
Hay una escena en la que Carol se libera -metafórica y literalmente- de unas ataduras, en parte, autoimpuestas. Tras ese momento despierta no solo el poder de un personaje que va a dar mucha guerra en el UCM a partir de ahora, sino una de las únicas escenas en las que el filme se gusta tanto a si mismo que se deja llevar y pone en standby algunos de los filtros de su noventerismo para simplemente divertirse. Es uno de los mejores momentos de la película, junto con el impagable homenaje a Stan Lee y el cameo del mismo, que os va a chiflar si sabéis mucho de apariciones de Lee en películas. Es una pena que “Captain Marvel” sea tan convencional y poco sorprendente, un poco como le pasaba también a “Wonder Woman”. Aún así es momento de repetirse. Si pese a conocer la fórmula al dedillo, saber cada parada y cada giro o entender la pretensión a un insuficiente entretenimiento en clave de retroceso para el UCM, se preguntan si merece la pena conocer a Carol Danvers, yo les digo: Efectiviwonder.
Alejandro Arranz
¿Habrá que verla entonces no? Jajaja
ResponderEliminar¡Buen post!