-Una vuelta de tuerca a la saga, un filme centrado en las emociones humanas, una película de superhéroes que disfrutarás como un niño y también la mejor aventura del hombre araña hasta la fecha.
-El reparto pone la guinda al espectáculo de Webb, que sin duda ha creado una película de superhéroes como ninguna otra.
Los reboots y los remakes suelen ser algo a lo que temer, casi siempre ensuciando la memoria de joyas cinematográficas para que sólo en un par de ocasiones consigan llamar nuestra atención, el reboot del superhéroe más humano fue controvertido, muchos eran fervientes seguidores de la trilogía de Raimi y otros creían que “Spidey” se merecía algo más, mucho más, por suerte para esos últimos, Marc Webb, que hasta aquel momento tan sólo había dirigido la fenomenal comedia romántica “(500) Días juntos”, creaba una película de Spider-man que anteponía los sentimientos y el desarrollo de personajes a los efectos especiales, sin duda el inicio de la que podía ser una inmensa trilogía; han pasado dos años y llega la nueva aventura del hombre arácnido, con ella también se acercaban malos augurios, esa mezcolanza de villanos que nos hacía recordar el bodrio de tercera parte creada por Raimi, podéis respirar tranquilos pues la película de Webb destila inteligencia, agudeza y diversión por los cuatro costados, y aquí lo importante, va un paso más allá, las cosas con las que jugaba en la primera están aquí completamente desarrolladas, es una película más madura, más profunda y mucho mejor. Guionistas al igual que compositores tenemos unos cuantos, a cargo del libreto Alex Kurtzman, Roberto Orci, James Vanderbilt y Jeff Pinkner, en temas musicales sustituimos la partitura de James Horner por Hans Zimmer acompañado de otros cuatro nombres, Pharrell Williams, Johnny Marr, Michael Einziger y Dave Stewart; por último una de las maravillas que nos trae esta secuela, el reparto, encabezado -como no- por Andrew Garfield encontramos también a Emma Stone y Sally Field repitiendo sus roles y un buen puñado de caras nuevas tales que: Jamie Foxx, Dane DeHaan, Paul Giamatti o Chris Cooper -entre otros-.
Desde los primeros minutos pre-créditos engancha como un cómic de antaño, se nos muestra la evolución de Peter, que ya se ha acostumbrado a sus poderes e intenta compaginar su vida personal con la “laboral”, la verdad es que el guión es muy bueno, tiene un par de fallos bastante molestos y algún que otro agujero pero es el mayor problema (y casi el único) de la película, hay buenos diálogos y sobre todo es un placer observar lo chistoso que es Spider-man incluso en las situaciones límite, hay una gran cantidad de comedia -de la buena- perfectamente equilibrada en este ingenioso cóctel con el drama, la acción, la trama romántica, etc. El caméo de Stan Lee es uno de los más cutres que ha hecho, quizá nos hayan ocultado uno más largo y divertido para no alargar más aún la duración, que aunque sea excesiva sí que tiene motivos y además la cinta jamás aburre, las escenas de acción están muy bien distribuidas como los villanos, aunque eso último ya lo trataremos más adelante, no tiran de un excesivo uso de CGI y están realmente bien rodadas, cada una de esas escenas sucede porque es necesaria y por tanto aunque no hay tantas como muchos querrán, las que hay son realmente sorprendentes, algunos podrán apreciar una notoria falta de Spider-man en favor del desarrollo de Peter y los respectivos villanos, ya sabéis lo que se suele decir que un héroe es de grande en función de su villano, pues eso es uno de los mandamientos que esta película sigue a rajatabla.
La dirección de Webb es excelente, se nota que aprecia la historia que adapta a la pantalla pues su película tiene el corazón de un niño, en términos emocionales es un sobresaliente, es increíble lo mucho que ha madurado todo con respecto a la primera parte; aunque toda la película denota una soberbia agudeza algunas escenas son particularmente notables, aún más gracias a sus habilidosos intérpretes, pero antes del reparto quiero hablar de los magníficos personajes, está claro como bien dije antes que Peter ha evolucionado desde el principio y durante los 152 minutos se enfrentará a verdades, peligros y consecuencias que le cambiarán por completo, Gwen también ha madurado mucho desde la primera entrega y ahora tiene claro lo que quiere hacer con su vida, sin embargo la perita en dulce llega con los villanos, nos da razones por las cuales estos personajes toman esa senda y lo hace de manera magistral, esto hace aún más prometedor el spin-off de “Los Seis Siniestros” que dirigirá Drew Goddard (La Cabaña en el Bosque), Max Dillon y Harry Osborn son dos personajes completamente reales, el espectador puede lograr con suma facilidad empatizar con ellos, tan sólo llevados al límite de si mismos eligen tomar el camino del mal y el guión refleja todo esto de una manera asombrosa, no me tiréis de la lengua con Rhino porque la verdad es que es una de las cosas menos lucidas del filme, no os confundáis, me parece que está muy bien querer hacerlo realista, pero en primer lugar ya hemos visto un lagarto gigante así que no entiendo querer enfocar a este personaje de manera “realista”, en segundo lugar las ametralladoras sobran por completo y por último es absolutamente feo, no sé como serán el resto de seis siniestros pero ese armatoste desentonaría con todo, y para cualquier lector de Spider-man que se precie ver a ese Rhino le puede provocar migrañas; siguiendo con temas de villanos se ha llegado a decir que como pasaba en la tercera parte de Raimi, tantos villanos asfixian y embarullan la trama, una completa falacia, los villanos están -como dije antes- muy bien distribuidos en el metraje del filme, van siendo desarrollados para llegar a la gran pelea final que no es excesiva ni mucho menos sobrecargada como tampoco lo es el resto de la película, es encantadora, asombrosa, dramática, cómica y todos los adjetivos que van unidos al superhéroe.
Andrew Garfield vuelve a lograr una potente interpretación, dijo en una entrevista que él es el número dos y que el número uno siempre será Tobey Maguire, está muy bien ser humilde pero yo no tengo que serlo por él, Maguire es un actor pésimo para el drama y relativamente habilidoso para otros géneros que ni si quiera aparentaba la juventud necesaria para hacer de Peter Parker mientras que Garfield continúa desprendiendo energía, agilidad y además continúa la electrizante química que logra con la bella Emma Stone (la cual también realiza una actuación fantástica), algo que no veía por ningún sitio entre Maguire y la sosa Kirsten Dunst, dejando a un lado comparaciones odiosas (aunque seguro que saldrá alguna más) sigo con Sally Field que ha perdido algo de protagonismo en favor de otros personajes, sin embargo en una escena de a penas 5 minutos brinda una intervención impecable que puede llegar incluso a sacarte la lágrima y que le da al personaje la profundidad justa y necesaria, antes de pasar a Foxx y DeHaan haré hincapié en Cooper y Giamatti, el segundo sale un par de minutos y se convierte en el alma de la fiesta gracias un hilarante acento ruso (verlo en versión original) y Chris Cooper pues como que me ha sabido a poco, no entiendo muy bien para que ha escogido este papel, mucho menos su casi inexistente tiempo en pantalla, me ha decepcionado; el señor Foxx que pasa de simpático “nerd” a peligroso villano no es tan memorable como pensaba que sería aunque sus indudables habilidades interpretativas consiguen que acabe de construir un gran personaje, para finalizar el tema tenemos al joven Dane DeHaan, que sigue papel tras papel mutando de joven promesa a actor de inmensas cualidades, desde luego queda claro que tiene suma facilidad para interpretar villanos pues aquí lo hace de maravilla, el único problema de estos villanos es su final que pasa sin pena ni gloria, todo lo contrario que el camino hasta allí.
Una secuela que mejora prácticamente en todo con respecto a su antecesora, quizá sólo haya ido hacia atrás su banda sonora que a pesar de un par de buenas piezas y un momento particular realmente ingenioso se nota demasiado que el trabajo ha pasado por muchas manos y por tanto prefiero el trabajo de Horner, por todo lo demás salvo algunos altibajos del guión estoy extasiado por la última aventura de nuestro vecino y amigo Spider-man, y espero ansioso el final de la trilogía en las competentes manos de Marc Webb, da gusto en esta época repleta de adaptaciones de cómic ver una que entra tan a fondo en las emociones humanas, una que no desperdicia el dinero en efectos digitales sino que los usa con destreza, que hace honor a los ideales del personaje que retrata, sin duda lo mas cerca que un cómic de Spider-man va a estar de la pantalla.
PD: Sí que hay escena post-créditos, un pequeño adelanto de...”X-Men: Days of Future Past”.
Alejandro Arranz
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