-McDonagh nos regala una película extraordinaria, tragicómica, hermosa, con momentos de culto; su dirección sigue teniendo muchas trazas del maestro John Ford.
-Brendan Gleeson brinda otra interpretación colosal, le pone la guinda a “Calvary” para que se convierta en una de las películas más fascinantes del año.
John Michael McDonagh vuelve a formar equipo con Brendan Gleeson para su segunda película tras la excelente, “El Irlandés”, aquella primera colaboración ya les convirtió en un dúo al que no quitar el ojo de encima, y esta vez se confirman nuestras sospechas. Aquel parecido razonable al equipo Ford-Wayne (si tenéis que preguntaros donde está, replanteároslo); ambos enamorados de Irlanda y descendientes de Irlandeses, buenos para el humor incluso en situaciones límite, tendentes al toque western y si todo eso no acaba de convenceros sólo debéis fijaros en la dirección de McDonagh. Para todos los que adoráis a Brendan Gleeson y a ambos hermanos McDonagh os diré que la película os va a encantar, es más profunda que “The Guard”, el humor negro es más afilado y el guión -del propio director- es más robusto, además el final de ésta no hace desmerecer al resto. Puede que para muchos el personaje principal no sea tan memorable como aquel pero es un personaje muy bien escrito y reforzadísimo por el trabajo del actorazo que le pone cuerpo y alma. Para apoyar a nuestro actor protagonista encontramos un reparto de auténtico lujo, se cuentan entre sus filas por ejemplo: Kelly Reilly, Chris O'Dowd, Aidan Gillen, Domhnall Gleeson, David Wilmot, Dylan Moran. Por último toca hablar de la fotografía y la música, a la cabeza de estos apartados el compositor Patrick Cassidy (Matar al irlandés) y el director de fotografía Larry Smith (The Guard, Bronson, Sólo dios perdona).
La nueva película de la pareja McDonagh-Gleeson es un éxito rotundo: un western contemporáneo-religioso entre los paisajes de Irlanda, una amarga y hermosa tragedia, una ácida comedia negra y por último, una de las películas más sensacionales que tendréis la suerte de ver este año; es la confirmación definitiva de que este equipo puede hacer grandes cosas en el futuro. “Calvary” comienza con una escena magnífica e impactante, te da el primer golpe y se va, permitiendo que el suspense, el drama y la comedia se desarrollen paralelamente hasta el final, cuando viene a asestarte el golpe de gracia. Gleeson y McDonagh construyen un personaje fantástico, muy denso, el padre James Lavelle es verdaderamente un buen hombre dispuesto a conseguir un mundo mejor pero apenado al ver la forma de ser de sus feligreses, sus problemas y sus pecados; él intentará ayudarles uno por uno a la vez que busca -a contrarreloj- la respuesta a una pregunta muy importante. Al ver este filme de McDonagh se me viene a la cabeza -por supuesto- John Ford, pero también Robert Bresson o Ingmar Bergman -entre otros-, la película junto con la dirección rezuman buenas influencias, y cuando digo Ford no sólo me refiero a los westerns, el aroma irlandés de “El Hombre Tranquilo” se respira con frescura durante los 100 minutos que dura el filme, aunque la energía positiva de aquella no está demasiado presente aquí.
Tal vez el filme pueda resultar deprimente para algunos/as, lamento que piensen eso pues para un servidor es terriblemente divertida y poseedora de una belleza difícil de conseguir, desde luego que es triste pero de un modo positivo, pues esa belleza proviene de la tristeza y ambas van directamente unidas. McDonagh no sólo hace un gran trabajo dirigiendo, el guión es realmente sólido, los diálogos equilibran drama y comedia a la perfección y a pesar de que la trama tenga agujeros y ciertos personajes necesiten un pequeño repaso no hay problemas demasiado importantes como para disminuir la calidad general del filme, que es de por si muy alta; narrativamente la película es portentosa, no quité los ojos de la pantalla ni medio segundo, casi como si se tratara de “Solo ante el peligro”. Y como ocurría en aquel dilatado y tenso western, el actor protagonista es primordial, en lugar del legendario Gary Cooper aquí tenemos al gran Brendan Gleeson, que papel tras papel sigue demostrando ser uno de los mejores artistas de su generación; su interpretación es maravillosa y está repleta de matices. Los secundarios están todos excelentes, interpretando con habilidad a unos estupendos personajes con detalles fascinantes. El final, sabemos donde acabará pero no como, ese golpe de gracia prometido llega a la hora señalada y lo hace con absoluta maestría, la conclusión de “Calvary” es tan potente como su inicio y tan inteligente como el viaje intermedio, le pone el broche de oro a esta nueva y maravillosa colaboración entre Brendan Gleeson y John Michael McDonagh, y automáticamente esperamos su nuevo trabajo.
No defrauda ni un poco, esta tragicomedia irlandesa tiene diálogos asombrosos, imágenes poderosas, una historia estupenda llena de comedia negra y una de las mejores actuaciones que se le recuerdan a Brendan Gleeson. Es una de las películas del año, por todo lo que dice y por su manera de representarlo, pues a pesar de sus fallos, que los tiene, es en muchas ocasiones un filme insólito, con detalles inauditos e influencias de grandes maestros del cine. Irlanda, tierra de pecadores y también de milagros, densificada en ese magnánimo personaje de Gleeson, esta es una película que no te puedes perder, porque sigue hablando horas después de su visionado y todo lo que dice merece la pena escucharlo.
Alejandro Arranz
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