-Asombrosa, majestuosa y fascinante, lo que debió haber sido Gravity. Christopher Nolan da un paso hacia la aventura espacial definitiva y por momentos toca las estrellas.
-El reparto, la banda sonora, la dirección, el guión, la fotografía, los efectos especiales...”Interstellar” es una de las mejores películas de ciencia ficción de los últimos años: valiente, inquietante, hermosa.
La vuelta del visionario cineasta Christopher Nolan a los cines no ha pasado para nada desapercibido, tanto para los innumerables Nolanistas como los no pocos detractores de su obra. Para este cronista estamos ante uno de los pocos directores de trayectoria perfecta, y de nuevo ha creado una película magnífica y de visión obligatoria, aunque en esta ocasión las expectativas no hayan sido alcanzadas. Han sido los dos hermanos Nolan los encargados de escribir el guión para la historia de Kip Thorne y la verdad es que a pesar de los problemas obvios que encontramos en el libreto, sigue siendo una historia alucinante que va desde lo minimalista hasta lo épico, que nos explica el universo a través de la emoción y del detalle aparentemente más pequeño, casi tres horas hipnotizado por lo que Nolan me quería contar y cada minuto me ha parecido deslumbrante. Después está el reparto, no hay palabras sobre el número de grandes nombres que el director ha reunido para su audaz aventura espacial, Matthew McConaughey protagoniza el filme con otra interpretación sensacional y le siguen: Anne Hathaway, Jessica Chastain, Bill Irwin, John Lithgow, Casey Affleck y Michael Caine -entre muchos otros-. Para acabar esta pequeña introducción queda mencionar a dos personajes muy representativos, el primero es el director de fotografía Hoyte Van Hoytema (Her, El Topo), el segundo es Hans Zimmer, y es que a pesar de que ha tocado fondo con sus últimos trabajos, Nolan ha decidido volver a colaborar con el compositor por quinta vez, y he de decir que su trabajo ha sido realmente excelente. Tras 169 emocionantes minutos mi impresión fluye por distintas sendas, por un lado creo que Nolan ha logrado un trabajo imponente, admirable y ejemplar, una película que fácilmente se verá convertida en un clásico con el paso del tiempo, por otro lado están los fallos que le impiden alcanzar la perfección, veo claramente una película mejor lastrada por problemas modestos pero también demasiado importantes para tomarlos a la ligera, no importa demasiado a estas alturas, “Interstellar” es una película imperfecta y apasionante que nos lleva a lugares que tan sólo podemos soñar; arte, ciencia y entretenimiento se funden en perfecto equilibrio en esta aventura espacial sobre el amor, la energía más poderosa de todas.
Nolan nos sumerge en ese futuro prácticamente post-apocalíptico para contarnos dos historias, una sobre lo que hará un padre por salvar a su familia y otra sobre lo que hará un hombre para salvar a la humanidad, así tenemos un híbrido cada vez más insólito en el cine reciente, una película que va dirigida al mismo tiempo al cerebro y al corazón. Ahí tenemos a McConaughey, ese actor que mejora con cada nueva actuación, ejerciendo de héroe de esta aventura con casi un tour de force, ese piloto espacial retirado ahora granjero, ese antaño padre de familia ahora viudo, ese falso protagonista destinado a hacer tanto por la humanidad. Desde el primer al último de los fotogramas el señor director fascina e hipnotiza, ya sea con el apoteósico apartado visual, con los estupendos diálogos o con cualquiera de los elementos que hacen a esta película casi redonda. Nolan se toma su tiempo para comenzar y va desarrollando el drama cuidadosamente para extraerle luego todo el jugo, el elenco al completo está espléndido y aunque sea el propio McConaughey el que se lleve la mayor ovación, otros como Hathaway, Chastain o Caine realizan un trabajo muy bueno. Cuando comienza el viaje a través del espacio, más allá de cualquier frontera o cualquier agujero de gusano ambas tramas se separan drásticamente, no es algo malo inicialmente pero con el tiempo nos encontramos con algunos tramos donde esa separación está muy mal equilibrada y así se echan en falta minutos en la tierra, por otra parte en un par de momentos puntuales el filme se vuelve excesivamente cursi y ciertos giros argumentales son un poco ingenuos, o tal vez condescendientes.
Desde que el transbordador abandona la tierra los poderosos fotogramas se suceden, siempre mostrando algo innovador y extraordinario que permanecerá en la memoria popular, imágenes que se convertirán con el paso de los años en referentes del género, el drama espacial tampoco está nada mal y aunque en no pocas ocasiones se acerque a la grandilocuencia la verdad es que la cinta cree en los pequeños detalles antes de en las grandes acciones, aunque haya momento para todo, incluso para algún que otro cliché de aventura espacial. La banda sonora de Hans Zimmer es magnífica, toda una llamada de atención para aquellos que como un servidor pensaban que este señor había dejado de saber componer hace tiempo, lo cierto es que nada más lejos de la verdad Zimmer se ha vuelto perezoso y cada vez le dedica menos esfuerzo a sus composiciones, pero por lo visto con un buen cineasta que le apriete las tuercas aún puede lograr composiciones que nos cautiven. En la última media hora Nolan se enreda demasiado, las tramas están mal equilibradas, el montaje falla, el guión encuentra baches significativos y permite algún agujero en la trama -con sutileza-, pero aún así la gravedad permite que todo mantenga los pies en el suelo y es una buena señal que a penas seas consciente de que llevas casi dos horas y media en la sala. Cuando la pantalla se funde a negro tras tres horas de inmensa aventura espacial, sabes que has asistido a una excelente película y sabes que Christopher Nolan continua estando en la lista de directores con trayectoria perfecta, esperemos que siga así muchos años más.
“Interstellar” se queda tan solo a las puertas de todo lo que imaginamos que llegaría a ser, pero también nos sorprende con muchas cosas que no esperábamos, nos transporta a lugares donde no creíamos poder llegar, nos habla con inteligencia pero desde el corazón, nos abre las puertas a nuevos mundos por explorar y nos acerca a las estrellas como prácticamente nadie ha hecho nunca. Todos los que catalogaban a la vacua “Gravity” de obra maestra deberán rendirse ante este nuevo trabajo del visionario Christopher Nolan, un director que intenta superarse película a película, que no se pone barreras; mientras el resto de directores hacen películas en tres dimensiones él nos muestra la cuarta y la quinta dimensión. Queda preguntarse...¿Qué será lo siguiente?
Alejandro Arranz
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