lunes, 9 de enero de 2017

Crítica de "Mimosas"

-Una película que se desploma sobre su fotografía y en la elección, no siempre afortunada, de unos exteriores desaprovechados de mala manera.

Mimosas arranca con mucha fuerza, un inicio muy prometedor que nos lleva a través de verdes llanuras junto a misteriosos jinetes envueltos en túnicas y el contraste del rojo y árido desierto plagado por una estampida de destartalados Mercedes que lo surcan levantando una polvareda mágica y regalándonos el mejor plano de la película.

A partir de ahí todo va cuesta abajo. Pero como decía aquel tío malo de True Detective, vamos por partes.

Tenía muchas ganas de ver Mimosas. Oliver Laxe es un director que prometía mucho. Todos vos sodes capitáns fue un experimento fílmico que bailaba entre la ficción y el documental, y que sorprendió a propios y extraños (junto a un servidor) hace ya seis años. Pero va a ser que no. Laxe la ha cagado.

La película cuenta la historia de Shakib (Shakib Ben Omar), un joven e inexperto "nosemuybienqué" que es obligado por "nosemuybienquien" a ayudar a una caravana que transporta el cadáver de un anciano Sheikh hasta Sijilmasa (antigua ciudad marroquí próxima a Fez, hoy en ruinas) para enterrarlo. la caravana la componen Ahmed (Ahmed Hammoud), un jetas caprichoso que aborreces al poco de comenzar la cinta, y Said (Said Aagli), amigo del anterior. He de quitarme el sombrero ante el casting, los actores son se mire por donde se mire, una maravilla; todos desconocidos (Shakib Ben Omar había trabajado con Laxe en la más que recomendable Todos vos sodes capitáns) y todos brillantes.

El problema no es solo del guion, que corre a cargo del propio Laxe y de Santiago Fillol, es la dirección inexistente, tanto de actores como en la elección de planos. Mas allá de un par de planos buenos (y alguno muy bueno), parece que la cámara se plantaba en un sitio al azar y listo, si es bonito es por que el exterior es bueno, no por que el plano tenga un trabajo detrás. Aún así el guion más allá de ofrecer una buena historia no consigue dar forma a una estructura narrativa sólida y comete un buen puñado de fallos. Veo gente andando por el desierto con un par de mulas, les pasan cosas, pero ellos no luchan por ningún objetivo, llevan un cadáver a una ciudad como podían sacar al perro a hacer sus necesidades, ningún personaje de la película tiene la necesidad vital de cumplir sus objetivos (tal vez, de lejos, Shakib), y todas las cosas que les pasan son ajenas a ellos.

Estoy haciendo filigranas para no contar nada de la película, juzgad vosotros, pero debo hacer una mención especial al último cuarto de hora, en el que se supone que el viaje debería llegar a su fin. En vez de eso comienza un ritmo de montaje videoclipero completamente diferente al del resto de la cinta y cuya "chicha" parece rodada casi íntegramente por la segunda unidad, un final que hizo que me replantease muchas cosas sobre mi vida, no por que me hiciese pensar en lo profundo de la existencia, si no por que nunca me dolió tanto el precio de una entrada de cine en tan poco tiempo como aquellos quince minutos finales.

En conclusión, una película desaprovechada hasta la médula, la quintaesencia del "pudo ser y no fue". Ruego a Laxe que se encauce, yo tengo esperanza en su próximo proyecto, pero si va a seguir por este camino, será mejor que "Aquilo que arde" arda en Sijilmasa, bien lejos de nuestras pantallas.


Dr. Orloff

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