-La nueva película de Iram Haq falla por su falta de sutileza y de unos matices muy necesarios.
-Pese a sus profundos problemas es un melodrama desgarrador con revelaciones significativas.
La guionista y directora Iram Haq, nacida en Noruega pero de padres pakistaníes, ya había representado el choque cultural entre la sociedad islámica y el mundo occidental en su ópera prima, I Am Yours. En esta ocasión va más allá y nos cuenta una historia basada en su propia experiencia adolescente cuando a los 14 años su padre la forzó a pasar un año en Pakistán para conocer sus raíces. Por tanto su segunda película tras las cámaras se convierte en todo un manifiesto de denuncia ante las reglas retrógradas de una sociedad que a la directora, y a otras muchas personas, les ha causado un gran sufrimiento. Una meta admirable que se pierde entre la furia del golpe de efecto y la carencia de imparcialidad.