-Éste nuevo Robocop tiene algunas innovaciones, otro color y unos muy interesantes efectos especiales, pero en su fallida búsqueda del corazón se le olvida pensar con la cabeza; será entretenida pero también es un despropósito.
-Le falta la violencia de Verhoeven, el humor negro y básicamente todo lo que hizo de la original un clásico del género, sin embargo la juventud se lo pasará en grande.
El director José Padilha vuelve tras la secuela de la película que le hizo famoso, “Tropa de Élite”, para presentarnos su primera película estadounidense, el remake del clásico de la ciencia ficción firmado por Paul Verhoeven, “Robocop”. Cuando llega un remake todo el mundo se echa a temblar, más aún si hablamos de una película tan querida como ésta, puede que a algunos el nombre de José Padilha les hiciera respirar tranquilos, pero a mi no, ni siquiera el potente reparto podía hacerme olvidar lo que podía encontrar en la sala de cine. Dos horas de innovaciones superficiales, momentos trillados y un vacío intelectual absoluto, más que Robocop parece el coche fantástico.
La verdad es que la dirección de Padilha es enérgica y el reparto está bastante bien, pero poco se puede hacer con tan poco material y menos aún cuando se presenta de una manera tan estúpida; debería haber una diferencia cuantitativa entre que el nuevo Robocop sea negro y que en éste remake se trate más el tema familiar pero a la hora de la verdad ambos cambios tienen la misma relevancia en la cinta, que al fin y al acabo es un puñado de buenas escenas de acción con algunas novedades poco interesantes y mal desarrolladas para intentar vendernos la moto.
Casi todos los problemas del filme provienen del desastroso guión, tres guionistas se han necesitado para destrozar un clásico del género desmembrándolo de todos sus signos de identidad y disminuyendo el nivel de inteligencia al mínimo permitido por algún que otro organismo internacional; ya no queda la sátira social en clave de humor negro ni la ultra-violencia que caracterizo la cinta del 87, ni la contaminada ciudad de Detroit ni ninguno de sus rasgos característicos, la única mejora respecto a la original está en el apartado visual y eso nunca ha sido ni será suficiente. Por otro lado está la completa falta de inteligencia; la película está plagada de clichés y convenciones del género, los diálogos son bastante malos, con algún que otro chiste burdo y poca cosa interesante que decir, los temas novedosos introducidos para alejarla de la original son interesantes pero a penas se les da importancia, como por ejemplo la lucha entre maquina-hombre, el tema existencial, la política, el marketing y la trama familiar que podía haber sido un punto clave para convertir esta renovación en una película diferente pero igualmente interesante, no obstante se queda en unos pequeños momentos de melodrama aburrido para llegar a un final insustancial.
Reparto y personajes y viceversa; los actores son sin duda el punto fuerte de la película, de verdad que es un reparto asombroso del primero al último y como hay poco más que alabar en la película pondré a todos sus integrantes principales: Joel Kinnaman, Gary Oldman, Michael Keaton, Abbie Cornish, Samuel L. Jackson, Jackie Earle Haley, Michael K. Williams, Jay Baruchel, Jennifer Ehle y Marianne Jean-Baptiste cubren los papeles más importantes, aunque no todos destacan de igual modo. Kinnaman sale bien parado de la comparación, Oldman y Keaton realizan su trabajo con destreza mientras que el resto pasa sin pena ni gloria con alguna buena intervención, pero el que de veras destaca es Samuel L. Jackson, en una perfecta armonía entre gran personaje y actuación brillante. El guión vuelve a la carga con más problemas, en esta ocasión los personajes, la mayoría son más planos que un folio en blanco, pero esos no son los que me fastidian; el Doctor Norton es un completo desvarío y Maddox-Jackie Earle Haley es un gigantesco estereotipo alimentado por su intérprete, sin embargo ahí está el inmenso personaje de Pat Novak interpretado por el siempre divertido Jackson, cuando Novak-Jackson aparece en pantalla se nos olvida todo lo demás, los diálogos se tornan en inteligentes y satíricos, desde su apertura del filme hasta su despedida final se merece un largo y tendido aplauso.
Claro que la película tiene puntos buenos, que sean pocos no significa que tenga derecho a saltármelos; los temas musicales están bastante bien pero lo que vengo a tratar aquí son las escenas de acción, por supuesto que son el epicentro del filme, los efectos especiales son muy buenos y la acción tiene clase aunque tenga la inteligencia y credibilidad del resto de apartados de la cinta, aún así son escenas realmente divertidas que harán las delicias del público joven, sobresale una en particular que tiene un encanto supremo, mientras de fondo suena la canción del hombre de hojalata del Mago de Oz, éste hombre de hojalata robótico de nombre Robocop reparte plomo con mucho estilo, ese momento es realmente genial, lástima que el conjunto sea una desfachatez.
Los últimos minutos de la cinta son aún peores que el resto, cliché tras cliché y arreglo rápido tras fallo garrafal se concluye otro remake de esos que mejor no hubieran visto la luz, demos gracias a que estaba Samuel para alegrar un poco la cara antes de los títulos de crédito, tras los cuales uno no puede pensar más que en lo notable que es la original de Paul Verhoeven y en lo fallida, tonta, ruidosa y decepcionante que es la de Padilha, a pesar de contar con varios momentos muy buenos, de ser entretenida durante la mayoría del tiempo y de su mayor logro, ser bastante mejor que las secuelas de la original, así que ya sabéis, dar gracias porque podía haber sido peor.
Alejandro Arranz
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