miércoles, 10 de febrero de 2016

Crítica de “Carol”

-Una historia de amor elegante, sincera y repleta de instantes fascinantes, pero no una gran película. Todd Haynes no consigue cautivarme, y es una pena, Mara y Blanchett sí lo hacen.

-Película limpia, sin rastro de adornos innecesarios y vacuos. Cada gesto, cada mirada y cada caricia hipnotizan, pero la observo desde fuera y eso es algo fatal en este tipo de cine.

Ojalá tuviera más tiempo para escribir sobre esta película, pero no lo tengo. Es una lástima porque “Carol” no sólo es una de las películas más elogiadas de los últimos años y una película de la que puede ser todo un placer dialogar, además es una de esas ocasiones -cada vez más habituales- en las que mi opinión no refleja en absoluto la del resto de mis compañeros críticos. Y todavía más interesante es que no sé exactamente porque “Carol” no me ha cautivado como a ellos, pero no lo ha hecho. Admiro lo que veo en la película: un guión de sentimientos reales y sinceros, que evita ir por los senderos habituales y se centra en la relación de los personajes, una narración de soberbia inteligencia, una dirección contenida y sutil con una deliciosa atención a los pequeños detalles sobre los que se edifica toda la relación y la película, una fantástica paleta de colores, una excelente banda sonora, esas composiciones de planos con los personajes esquinados escondiendo sus secretos y confidencias, dos actrices portentosas componiendo a dos personajes tan vivos que casi se pueden tocar y otras tantas cosas que debo elogiar porque soy humano, y me es imposible no disfrutar con ellas. ¿Entonces que es exactamente lo que no me gusta del filme? Fácil y difícil de explicar, todo lo que veo lo admiro pero soy un mero espectador de esa aventura, puedo empatizar y sentir lo que sienten esos personajes pero por alguna razón sé que estoy viendo una película. A estas alturas pueden dejar de leer y pensar que soy un auténtico idiota, no les culpo; pero creo que en este tipo de película lo que menos le conviene al espectador, es saber que está en una sala de cine viendo una película.

“Carol” es una relación de contrastes. Exactamente como los personajes de Therese y Carol, la segunda madura, directa y segura de si misma, la primera todo lo contrario. En esa fusión de sutileza e ímpetu, de calor y frío, de amor e imposibilidad, es donde Todd Haynes logra hacer esa “película perfecta” de la que todos hablan. No estoy de acuerdo, y no es sólo el hecho de que mi comida de la tarde, el anuncio televisivo de las 17:13 o la señora molesta del plástico de caramelo de la fila 8 hayan provocado que precisamente hoy “Carol” no me absorbiera como hubiera debido; hay más. La película se pasa ante mis ojos con una fugacidad sorprendente, es bueno porque nunca aburre ni lo más mínimo, es malo porque creo que la construcción de la relación entre ambos personajes es algo liviana. No hablo de la profundidad de los sentimientos que viven Therese y Carol en los 118 minutos de filme, sino del calado general de ese enamoramiento cocido a fuego lento pero zanjado demasiado rápido. Me comentarán ustedes que va muy relacionado con la pasión o vaya a saber el que, les diré que tal vez, pero es algo que no quita el hecho de que desde la magnífica primera mirada compartida hasta el último plano, se construya una relación amorosa que más allá de adjetivos como cautivadora, hermosa, honesta o delicada; no aporta nada nuevo al género. Y así es como “La vida de Adèle” (obviando que aquí se sugiere con elegancia y allí se me mostraba con frenesí), “Antes del Amanecer” o “Los puentes de Madison” son sólo algunos ejemplos de películas más complejas y que retratan mucho mejor el desenfreno, las emociones y complicaciones del inicio de una relación romántica. Aquí lo que suma es la época, una dirección muy sabia y dos actrices inigualables. Antes de terminar he de elogiar como el guión desarrolla paralelamente a la relación, una excelente subtrama matrimonial que le da el broche de oro a su mensaje sobre la libertad y ser uno mismo, con una escena conclusiva tan humana, sincera y aguda como la propia película.

Finalmente por un conjunto particular de motivos, “Carol” se convierte en la tercera película sobrevalorada de la semana, aunque sean motivos diferentes a las otras dos. Haynes crea una película repleta de virtudes pero que tiene problemas en un par de cosas primordiales al hacer un drama romántico. “Carol” no me aporta nada con su visión del amor y aunque su elegancia, sutileza, sensibilidad y capacidad para enlazar sus prodigiosos pequeños detalles con otros clásicos del género formando interesantes metáforas me haga decir sin ninguna duda que es una buena película, no creo que sea una gran película. Su guión sabe tocar los botones precisos, en el momento exacto y con el tacto adecuado, su director sabe como impresionar, captar la época, el momento y la tensión sexual sin llamar la atención por encima de su historia y sí, finalmente sus dos actrices principales, que son por y para lo que existe esta película, y también la razón por la que le están lloviendo elogios. Cate Blanchett está completamente fabulosa como Carol y Rooney Mara va un paso más allá, cautiva en cada plano, el Oscar querrá casarse con ella. Así pues el filme de Todd Haynes no me hechiza como a todo el mundo, pero capto sus virtudes. Creo que es una película muy buena, se la recomiendo sin dudarlo, pero en lo que al género se refiere las hay muy superiores.


Alejandro Arranz

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