-Un drama antibélico de precisión quirúrgica. El impacto es menor de lo esperado, pero la precisión del tirador es igual de certera que hace 40 años.
-Una realización ejemplar, un guión nervudo -aunque irregular- y un Bradley Cooper impresionante son los principales activos del nuevo trabajo del maestro Eastwood.
A Clint Eastwood los 84 años seguramente sólo se le notan en las arrugas. Puede que para muchos el maestro hubiera tenido que parar de hacer cine tras la magnífica “Gran Torino”, pero otros piensan de manera diferente. Que pena hubiera sido perderse la inspiradora “Invictus” que recuperaba a uno de los mejores Morgan Freeman de siempre, también la arriesgada “Hereafter” donde Matt Damon repetía papelón o incluso el esperado dúo Clint-DiCaprio que nos introdujo en la vida personal y privada de John Edgar Hoover. En ese último grupo me encuentro yo, impresionado porque a sus largos 84 años este genio haya hecho dos películas en un mismo año. Tal vez “Jersey Boys” no mostrara ni de lejos al mejor Eastwood (de hecho no era del todo reconocible), pero con “American Sniper” ha demostrado que sigue sabiendo contar historias fascinantes a su propia y alabada manera. Esa dirección clásica pero siempre centrada en una historia de interés universal. Y todavía es más sorprendente que a su edad haya rodado una de las películas más polémicas y provocadoras de la temporada, nominada al Oscar a “Mejor Película” y al mismo tiempo tachada por algunos de folleto de alistamiento o patriotada banal.
Lo que pasa es que muchos parecen tener demasiados prejuicios o tal vez una anchura de miras terriblemente limitada. La falta de profundización por parte de crítica y público en esta película se castiga con opiniones sacadas de contexto. Lamento que al tío o al primo de Michael Moore lo matara un nazi francotirador pero no consigo superponer ese hecho al filme. Las palabras de Seth Rogen son risibles, comparando la película de Eastwood con la propaganda nazi de “Malditos Bastardos” lo único que demuestra es que no la ha visto, o si lo ha hecho le ha faltado atención. Otra cosa que el espectador debe aprender es que si un personaje es patriótico no por ello debe serlo la película, una película que además de ser antibélica lo que muestra sobre todo son las secuelas con las que los soldados vuelven a casa tras una guerra sin fin y ¿sin sentido?. ¿Hay ambigüedad? Por supuesto. Jason Hall adapta la autobiografía del propio Chris Kyle, un guión a ratos fascinante a ratos excesivamente fácil. El hecho de dejar la política a un lado -aparentemente- es un acierto, Eastwood y Hall prefieren centrarse en su personaje principal, profundizar en él y en cómo le afecta el conflicto a él y a sus seres queridos. Lo último de lo que me da ganas esta película es de alistarme, es claramente un drama antibélico que trata las consecuencias de una guerra. Tal vez director y guionista debieron darle más minutos al drama doméstico (la parte más débil), donde el octogenario director suele ser capaz de lograr infinitamente más intensidad que en diez escenas de acción ininterrumpidas.
Y ojo, porque las escenas bélicas son portentosas (con mucho toque western), lo que demuestra una vez más que el maestro puede hacer cualquier cosa con el pulso de un treintañero y la sabiduría -y técnica- de un veterano. En general la realización es modélica e intachable, mucho más merecida hubiera sido una nominación para Clint que para la película, la cual es mucho menos impecable. Porque el guión subraya ciertos momentos innecesariamente, debido sobre todo a una menor cantidad de minutos para desarrollar la vida como civil de Chris Kyle, no se libra tampoco de algunos tópicos, ni es capaz de mantenerse constante durante los 132 minutos; hay altibajos importantes en especial entre la parte . A parte hay que tener en cuenta que esta cinta requiere de una profundización mayor de lo habitual, algo a lo que no todo el mundo puede aspirar. No obstante ni el guión ni la dirección son las virtudes que hacen de “El francotirador” una ganadora, es la devastadora y comprometida interpretación de Bradley Cooper, que no sólo se echa todo el filme a las espaldas sino que con ello firma la mejor actuación de su carrera, muy contenida y matizada, una pena que la mayoría no se den cuenta de ello. De esta forma gracias a la investigación de Clint y al trabajo de Cooper se nos pone delante un personaje que lejos de ser un simple texano patriótico con ansias de matar “salvajes” (como él los llamaba) es un ser humano complejo y en el que se puede profundizar (en su personalidad y sus claroscuros).
Reconozco que me ha decepcionado este nuevo filme de Eastwood, pero es algo normal, porque de Clint solo espero lo mejor y es extremadamente difícil rendir al nivel máximo película tras película, no obstante insisto en que soy una de esas personas que se alegran de que este genio siga en activo, como uno de los pocos directores clásicos que siguen trabajando y sorprendiéndonos con historias interesantes que merece la pena conocer. No nos engañemos, Clint es Clint, y aunque los años le pasen factura de alguna manera siempre será el maestro, capaz de desgarrarnos con historias como ésta, llena de polémica pero también de temas universales como la controversia de la violencia, la guerra, los problemas de los soldados en la vida civil, el cara a cara entre el hombre y el soldado, etc. El narrador es un experto y cuenta lo que quiere como quiere, donde pone el ojo pone la bala, aunque los que le tenemos como nuestro ídolo esperemos un mayor impacto del disparo. Pero seamos claros, no es lo mismo un francotirador de 40 años, que uno de 84 y eso queramos o no, se nota. “American Sniper” es otro filme menor de Eastwood, un triste y desgarrador drama antibélico que cuenta con un guión inteligente y preciso -aunque demasiado irregular-, con un Bradley Cooper excepcional y con uno de los mejores trabajos de dirección del año, digan lo que digan los Oscar. A Clint Eastwood los 84 años seguramente sólo se le notan en las arrugas.
Alejandro Arranz
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