lunes, 1 de septiembre de 2014

Crítica de “Lifi, una gallina tocada del ala”

-Esta fábula animada de excelente factura toma sus influencias tanto de cuentos como “El Patito Feo” como de otras producciones animadas entre las que se encuentran “Chicken Run” o “Happy Feet”, por desgracia aunque quiere volar cual pato guardián está claro que es sólo una gallina ponedora.

-Los niños sin duda pueden pasárselo en grande con esta aventura manida y repleta de clichés, sin embargo los adultos no encontrarán demasiado en que apoyarse y probablemente sucumban al sueño.

Con mucho retraso llega a nuestro país esta aventura infantil que fue allá por el 2011 una de las películas más taquilleras en Corea del Sur, comprensible es desde luego que muchas familias acudieran a las salas para disfrutar de la excelente animación que nos presenta el debutante Oh Seong-yoon, una propuesta visual impecable para una peculiar historia con moraleja al más puro estilo del Disney clásico, la historia de una gallina que sueña con escapar al corral sin ignorar que le espera un viaje lleno de obstáculos y nuevos retos; he tenido el privilegio de visionar un pase privado facilitado por la distribudiro ISAAN pues la película no llegará a los cines españoles hasta el próximo viernes 5 de Septiembre; aún teniendo en cuenta que es cine para niños hay que decir que tanto el argumento como el guión dejan mucho que desear en todos los sentidos, la trama aunque varía en ciertos detalles es la suma de fragmentos de muchas fuentes conocidas, todo unido de mala manera y con muy poca imaginación, el guión de Kim Eun-jeong-II y Nah Hyeon está plagado de tópicos y giros previsibles. Aún con un par de buenas ideas y una factura visual sin nada que envidiar a las grandes superproducciones animadas esta es una película simplona, aburrida, endeble y poco creativa, que los pequeños de la casa podrán disfrutar gracias a los típicos elementos de cualquier otro filme del género, pero ojo al dato señores progenitores, no es recomendada a mayores de 7 años.

Con el tiempo la animación digital ha superado y definitivamente pisoteado por completo a la animación tradicional, se agradece que en esta ocasión se haya decidido volver a los valores más “folclóricos”, también en lo que respecta al tratamiento del guión, al regreso de la moraleja y a otros cuantos aspectos que convierten al filme en un buen rival contra el resto de apuestas del género, al menos en un principio; inicialmente la cinta no pinta mal, se notan desde los primero minutos las referencias que ha tomado y en ningún momento se preocupa por ocultar que lo ha hecho, se nos van presentando todo tipo de personajes variopintos entre los que se encuentra el Pato Wanderer, un personaje con una estética muy manga, a parte el pajarito cantarín, la temible comadreja (que parece haber consumido esteroides), los cuatro patos traviesos o el intimidante gallo -entre otros-, esto hace más difícil de entender la elección de un personaje protagonista tan repelente, cuando dispones de secundarios tan carismáticos, la gallina Lifi entre lloros y lamentos no consigue nada más que sacarnos continuamente de la aventura, es histrionismo del malo, pero por suerte con el paso de los minutos el protagonismo recae con más fuerza en otro personaje más pertinente.

Las escenas de acción tiene un toque que recuerda mucho a un anime, a veces son algo adultas pero no suele ser un problema, sí lo es un aspecto que tiene que ver con todo el filme en general y también con los encuentros con la malvada comadreja en particular, todo es excesivamente reiterativo y cuanto más se repiten las situaciones más cuenta se da uno de que no hay material para una película, el hecho de que se sepa todo lo que va a ocurrir a continuación debido a la trillada narración, a la retahíla de tópicos y a la nula imaginación de los guionistas provoca un aburrimiento ininterrumpido en el que se acusa un exceso de metraje desmedido, parece que la película va a acabar en tres ocasiones pero siguen tirando del hilo cuando está bien claro que no había para tanto, un punto a favor es que el apartado visual no decae ni un sólo momento y si te aburres siempre puedes refugiarte en el elogiable trabajo que han hecho a ese respecto, el trabajo musical también está bastante bien y tiene momentos muy acertados.

Tras un grueso de la trama, largo, tedioso y falto de ingenio llegan unos minutos finales sorprendentemente entretenidos y con detalles de sobrada agudeza, la calidad de la cinta pega un salto estratosférico que por desgracia llega demasiado tarde, aún así disfrutamos mucho con un par de escenas de gran ritmo y los minutos más inspirados del guión, todo para concluir como estaba claro desde el principio, con uno de esos finales predeterminados y con supuesto mensaje que llega del mismo modo demasiado tarde, tanto porque la película ha sido terriblemente larga para lo que tenía que decir como porque hemos visto ese final (con las debidas variaciones) en muchas ocasiones, casi igual que el resto de situaciones que presenta la cinta en su totalidad. Una pena que la película sólo diera la talla los últimos veinte minutos cuando el espectador ya es presa absoluta de la somnolencia debido a la completa falta de ingenio y creatividad que los realizadores han demostrado a lo largo de la historia, los críos por otro lado habrán aprendido algo mientras se lo pasaban bien con los divertidos animales del bosque, aunque ciertos mensajes son sólo para adultos.

Puede que en Corea del Sur “Leafie, A Hen Into The Wild” fuera todo un éxito pero está bien claro que eso no se va a repetir en nuestro país, es animación ligera y aunque recupera parte del espíritu tradicional no tiene su frescor, su energía, ni tampoco su calidad, es un pastiche mecánico y bastante aburrido cuyo personaje principal es extremadamente difícil de soportar, menos aún empatizar con él, no queda mucho donde apoyarse si tienes más de 5 o 6 años sin contar su madura propuesta visual, el único punto fuerte de un film defectuoso en muchos sentidos, la película de Oh Seong-yoon llega sin embargo en un momento perfecto, dispuesta a dar lo que los infantes demandan en una semana sin a penas oferta de películas animadas, aún así quitando su sobrio apartado visual la película es un quiero y no puedo, una película que quería aspirar a clásico reproduciendo su fórmula, que quería volar como un Halcón peregrino cuando en el reflejo sólo hay una inaguantable gallina ponedora.


Alejandro Arranz

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