-Una saga que ha perdido su carácter, todo lo que hacía de ambas partes anteriores un placer culpable se ha esfumado, queda la acción por la acción y peor ejecutada que nunca.
-Snipes, Banderas y Gibson son los tres amos y señores de esta mediocre función, sus minutos en pantalla son una auténtica delicia.
Hace cuatro años que Stallone reunió a este particular grupo de leyendas de los 80 para hacer regresar un género que muchos echaban de menos, la primera parte de aquellos mercenarios fue un placer culpable en toda regla, todas aquellas viejas glorias reunidas para patear el culo de cualquier enemigo por un buen puñado de billetes, no era buena ni mucho menos pero le daba al público lo que quería, un gamberro estallido de testosterona y violencia entre frases lapidarias y explosiones por doquier, dos años después llegó una secuela en la que Stallone le pasaba el testigo de la dirección a Simon West (Con Air), que decidió jugar sus cartas con la autoparodia y el tiro le salió pero que muy bien, no os engañaré, “Los Mercenarios 2” es uno de los placeres culpables más divertidos que he visto en los últimos años, por Van Damme, por el cameo de Norris, por las pullitas entre Schwarzenegger y Willis y por todo lo que se me pueda ocurrir, por esa razón esperaba grandes cosas de esta tercera parte, una pena pues esta entrega pone de manifiesto que las ideas se han acabado cuando ni siquiera habían dado comienzo, elimina lo que hizo a la segunda tan salvajemente divertida y deja sólo las cosas negativas de la primera (añadiendo varias más) para lograr un plomazo que sobrevive sólo gracias a un par de momentos, Patrick Hughes ha hecho un trabajo mecánico y aburrido, lo primordial de un placer culpable es que haya placer en él, pero “The Expendables 3” no es más que un refrito barato que deja más claro que nunca el hecho de que estos tíos ya deben retirarse al asilo, por el amor de Chuck Norris si es que incluso Arnold está regordete...¿que diría John McClane?
Empieza no con una sino con dos escenas de acción consecutivas, y entre ellas lo único que llama la atención son los diálogos/minutos del señor Snipes que llega para quedarse y la aparición del villano de la función, un Mel Gibson que busca resultar memorable con cada mirada y cada frase; la duración de la cinta me parece excesiva y la primera hora de película no me interesa salvo por lo dicho hace un par de líneas y por la presentación de Antonio Banderas, el tercer salvador del filme por méritos propios, si vuestra pregunta es sobre el nivel de ridículo en el que deja a los españoles ya podéis olvidaros, es realmente tronchante, merece la pena sufrir el filme para disfrutar de su histriónica actuación, tras la primera hora todo mejora sustancialmente en lo que a entretenimiento se refiere y Gibson tiene esos minutos que tan bien le van a venir a su villano, intenta por todos los medios hacernos olvidar al inolvidable Villain y por desgracia no llega a su nivel, en especial porque el guión debería saber que no es bueno convertir a un villano en invencible en la teoría si luego en la práctica no dará la talla, pero de eso ya hablaremos más adelante. Con tanto fichaje joven los mayores han perdido importancia, eso hace que una de las señas de identidad de la saga se vaya por el retrete y también que los mercenarios clásicos hayan perdido su esencia, Christmas ya casi ni lanza cuchillos, Gunnar ni habla y Barney ha pasado a ser un simple refrito que hace que antes pareciera de lo más interesante, los personajes de Snipes y Banderas tienen mucho más carisma y personalidad que todo el resto del equipo junto pero tampoco es porque sean nuevos fichajes, ya que Harrison Ford es un cameo que al final hace un par de cosas, otro tanto Li y Schwarzenegger que sólo hacen algo desde el helicóptero.
No sé como Hugues y los guionistas se las han ingeniado para hundir la saga de esta manera cuando la secuela funcionó de maravilla, fue una pena marcha ida de Bruce Willis pero no hacía falta que con él se largara la autoparodia y es que esta entrega se toma demasiado en serio a si misma, tirando de frase lapidaria a cada nuevo fotograma y oportunidad, con ese manido argumento de venganza entre antiguos camaradas en el que ya nadie se toma la molestia de colocar un par de subterfugios o excusas argumentales, y que es eso de dejar más de la mitad de la película a los jóvenes de protagonistas, lo que el público va a ver en “Los Mercenarios 3” es a las viejas glorias de siempre repartiendo leña entre mofa y burla no a estos churumbeles de películas de Crepúsculo, con todos estos problemas de manual incluso los más fanáticos notarán que es mucho peor que las anteriores, porque lo es en la premisa y en la ejecución, porque parece hecha mal a propósito, como si Hughes no entendiera nada de como funciona la saga; al menos siempre tenemos al trío Banderas-Snipes-Gibson para animar la función, sobre todo el primero, no lo digo porque sea Español sino porque es sencillamente genial, por mi puede empezar a dirigir el equipo. En el final la cosa mejora, por muchas razones, porque los veteranos vuelven a dar caña aunque sus personajes ya no tengan personalidad, porque Ford al menos hace su cameo, porque la acción por fin resulta un poco interesante y porque Banderas tiene mucho más protagonismo de lo que podíamos esperar y deja claro que es uno de los más rápidos y mortales del equipo, como detalle a comentar (para bien o para mal) han optado por eliminar la sangre de la película, la manera en las que las balas descomponían los cuerpos en las dos entregas anteriores aquí ha desaparecido -como todo lo demás- supongo que para poder llegar a más público a pesar de que la violencia sigue a la orden del día, lo siento Hughes pero a ti te ha salido el tiro por la culata, este cine ya tiene un tipo de espectador y tu las has cagado; por último comentar el último de los tantos y tantos errores con los que guionistas y director han hundido por completo el filme y el futuro de la saga (con las ganas que tenía de ver al gemelo malvado de Villain...), un ejemplo inmejorable de como no se debe acabar con un buen villano, si como a un servidor os pareció demasiado fugaz la pelea final con Van Damme aquí no os dará tiempo ni a pestañear, Gibson por dar no da ni guerra para ser tan peligroso como se pintaba y le pintaban, cronometrarlo y me decís cuanto dura.
Dos horas es mucha duración para este tipo de cine, más aún si te decides a hacer la peor película posible, que hace de estas inefables leyendas unos viejos de geriátrico que a penas pueden con un tío que dura finalmente medio microsegundo, 123 minutos de diálogos sin gracia, giros tontos y predecibles, cero personalidad y acción de lo más aburrida, puedo soportar que esta película no tenga cerebro pero es inaceptable que no tenga alma, identidad, estilo, algo que indique que ha sido tocada por manos humanas y no fabricada mecánicamente sin ningún tipo de agudeza, Hugues ha hecho la película más innecesaria posible y aunque le echen la culpa de la poca recaudación a la piratería todos los que la hemos visto sabemos que la poca recaudación es porque es un plomazo de mucho cuidado, un filme que no se merece ni la vieja guardia ni los espectadores, es tan mala como la quinta parte de “La Jungla de Cristal” y me respondo a la pregunta que formulé antes...¿Que diría John McClane? Pues que está orgulloso de no participar en semejante bodrio.
Alejandro Arranz
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