Crítica de “Paddington”

-Encantadora, entrañable y tan cálida como una manta en pleno invierno; esta adaptación del cuento infantil me ha conquistado completamente.

-Es divertida y a menudo brillante, nunca es solamente lo que esperas de ella sino mucho más y por ello tanto niños como adultos disfrutarán.

El famoso y encantador oso literario, Paddington, creado en 1958 por Michael Bond llegó a los cines de todo el mundo para alegrarnos un poco más el día de reyes. Y si habéis ido al cine a disfrutar de la última aventura de este memorable personaje sabréis que no hay duda de que lo ha conseguido. Paul King (24) y Hamish McColl (Las vacaciones de Mr. Bean), han sido los encargados de que esta adaptación llegara a buen puerto. La historia de Michael Bond cobra vida en la gran pantalla de manera increíble, tanto que no creo que haya adulto capaz de resistirse a su dulzura ni al divertido osito Paddington. Para completar esta llamativa propuesta (que fue adelantada para el día de reyes) nos encontramos un reparto lleno de buenos actores; desde Ben Whishaw poniéndole voz al oso Paddington hasta Nicole Kidman como villana de la función, entre ellos están: Hugh Boneville, Peter Capaldi, Sally Hawkins o Julie Walters -entre otros-.

En tan sólo 95 minutos este pequeño cuento ha conseguido encandilarme. King y McColl -a pesar de su curriculum- han hecho un trabajo fantástico, han transformado el cuento manteniendo su espíritu y casi se puede decir que lo han perfeccionado. En todo el año he visto pocas películas más divertidas. El control de los enredos cómicos por parte del director es genial, también aporta no pocas ideas visuales -muy originales- que me han entusiasmado, y es que básicamente el trabajo de ambos es estupendo. El guión de McColl está lleno de comedia, de acción y de afecto; además cuenta con todos los valores de una buena película navideña. Cada situación por simple que pueda parecer inicialmente se descontrola de la manera más divertida y alocada posible, debido por supuesto, a nuestro protagonista. El oso Paddington cobra vida en la pantalla gracias a los animadores y al buen hacer de Ben Whishaw. De esta forma este encantador -y torpe- osito, entra en la lista de personajes que nos han conquistado en este año 2014.

Si el primer tercio del filme es la mejor bienvenida que uno puede desear esta navidad y el segundo tiene el mejor humor inglés para toda la familia que vamos a disfrutar estas vacaciones, el tercio final sufre una leve decadencia en cuanto a brillantez. Porque verdaderamente “Paddington” tiene no pocas ideas brillantes y cuando no, siempre resulta amable, cálida y muy entretenida, sin embargo el tramo final pierde un poco de calidad debido a los momentos previsibles, a chistes algo pasados de rosca y a una Nicole Kidman que sigue sin poder gesticular debido al exceso de colágeno. A pesar de esto ese tramo final sigue contando con un ritmo fantástico, buenos actores, un par de guiños inesperados y como no, Paddington, elementos que logran llevarnos con una suprema sonrisa hacia un desenlace de lo más complaciente y encantador, adjetivos que se repiten mucho cuando hablamos de esta película y de su protagonista. A parte de la Kidman, que no resulta tan espantosa aquí como en otros papeles que requieren más gesticulación; hay que comentar el buen trabajo del resto de intérpretes. Aunque Capaldi se rebaje un poco con su papel, todos cumplen muy bien y tienen sus momentos destacados, además seguro que se lo pasaron estupendamente trabajando en esta película.

Ir al cine el día de reyes ha resultado ser todo un regalo, descubrir como nunca antes un personaje tan tierno y divertido como Paddington, luchar contra una malvada Taxidermista en una visita guiada por Londres mientras conocemos a todo tipo de personajes peculiares. La película de Paul King y Hamish McColl me ha encantado y para ustedes seguirá en cartelera unas cuantas semanas más. No pierdan la oportunidad de llevar a sus hijos y al niño que llevan dentro a una de las películas más divertidas y enternecedoras de la temporada.

Alejandro Arranz