-Don Cheadle debuta con un biopic inusual, osado y provocativo. Una lástima que la película pierda el camino que llegaba a sus interesantes metas.
-El guión ofrece algunos diálogos estupendos y Cheadle una interpretación doblemente sensacional en la piel del músico Miles Davis.
Puede sonar algo triste pero la gente conoce a Don Cheadle simplemente por “El Irlandés” y por ser maquina de guerra en el universo Marvel. No es despreciable, pero la carrera del actor tiene muchas más cosas que ofrecer que esos dos papeles. Y ahora, muy probablemente, las posibilidades para enriquecer su filmografía van a crecer de formar exponencial. Porque en su decisión de hacer un homenaje a su ídolo Miles Davis, se ha propuesto debutar como guionista y director. Cheadle concibe esta historia medio ficticia, medio real, sobre el controvertido músico; y también co-escribe el libreto de la cinta. Y por si fuera poco se pone detrás de las cámaras para dirigir, y protagoniza la cinta dando vida a Miles Davis. Pero no busca que su historia sea la de un biopic tradicional, no quiere seguir esquemas habituales ni ceñirse al camino marcado. Cheadle pone el punto de partida en uno de los momentos más inhóspitos de la vida del músico, una decisión arriesgada. Así es como la película va a dividirse en dos. Dos épocas y dos cintas de géneros diferentes para mostrarnos como era el personaje en cuestión y para de alguna manera, retratar la metamorfosis de la música y de los artistas con el paso del tiempo.