-”Don't Breathe” es un thriller de invasiones domésticas muy poco corriente. Te mantendrá agarrado al asiento incluso cuando la lógica no tiene cabida y la sustancia es inexistente.
-El guión es mínimo. Aquí manda la forma, el movimiento, la tensión y el golpe de efecto. Stephen Lang -como siempre- fantástico.
Fede Álvarez y el guionista Rodo Sayagues unicamente han trabajado juntos a los largo de sus respectivas filmografías. Tienen tres películas a sus espaldas antes de hacer esta última. Dos cortometrajes y un largometraje. Me interesa hablar del largometraje. Pues estos dos señores, fueron los culpables de mancillar un clásico y/o referente del terror, la comedia de terror y la serie B. Su remake de “Evil Dead” es una de las películas más idiotas, irritantes e innecesarias de los últimos años. Por alguna razón la crítica cayó rendida a sus pies mientras yo luchaba por no vomitar por toda la sala de cine a la espera de que el mundo fuera exorcizado. Cuando supe que Raimi y Campbell habían dicho que era mejor que la suya, me dieron ganas de dejar de ver cine. No lo hice, y aquí estoy escribiendo estas líneas. Porque el nuevo trabajo de los responsables de aquella película terrible, no sólo pinta muy bien, sino que vuelve a tener el respaldo total de crítica y público. Así Fede Álvarez vuelve al puesto de director y co-escribe el guión junto a Rodo Sayagues, la música corre a cargo de otro habitual colaborador del director, el español Roque Baños (“Las trece rosas”, “El maquinista”, “Celda 211”) y en el reparto Stephen Lang comparte protagonismo con un joven reparto formado por: Dylan Minnette, Jane Levy y Daniel Zovatto. Vamos a ver como el va al director uruguayo en su segundo intento.
La verdad es que desde el principio veo una película mucho más sólida que sus anteriores trabajos. La planificación es parte fundamental del proyecto. Y aunque el texto, el desarrollo de personajes, la lógica y el guión en general brillen por su ausencia; en un principio el director me da razones para olvidarme y mantenerme atento a lo que ocurre: la cacería, la supervivencia, etc. El primer acierto llega del punto de vista, que se retuerce para convertir a la víctima en el agresor. Muchas veces hemos visto a un ciego al que le entran a robar en casa, pero yo al menos nunca había visto que el ciego resultara ser un arma de matar tan eficaz como terrorífica. A partir de aquí la planificación de la que hablaba es primordial. La puesta en escena es estupenda, Álvarez agota los trucos que le aporta su localización, aprovecha cada esquina y nos provoca con su sinuosa utilización del “steadycam”; mantiene un efecto de claustrofobia contante y sus planos detalles pueden ser realmente siniestros. El trabajo de Roque Baños puede irritar a algunos pero funciona en su objetivo de colmar el vaso, acabar de asfixiar al espectador en los momentos de climax.
Hablamos de un thriller de invasiones domésticas que muta hacia el horror pero sin olvidarse de un finísimo humo negro. “No respires” es un filme de serie B donde prima el silencio entre ataque y ataque, donde los golpes de efecto funcionan por encima de la media del género y la violencia duele; una mezcla de géneros y referentes que podría ser algo así como una ingenua combinación entre “Blind” de Richard Fleischer, “Panic Room” y “The Chainsaw Massacre”. Un poco después de la mitad, se revela un giro de guión tan inesperado como macabro. Con él las posibilidades de la película se abren hacia muchos caminos, aunque los desperdicie todos para entregar un desenlace bastante penoso y que además se las apaña para dejar abierta la posibilidad de una secuela de forma lamentable. Algo que podría haber logrado con mucho mayor interés. Aún así lo que estropea la película no sólo es el desenlace, lo mal que funciona después de ese giro de guión (sin contar una escena particular muy espeluznante) y cuando busca variar tonos en esa parte. El problema por un lado, son las muchas situaciones manidas que manejan los guionistas, y por otro, que por muy bienvenido que sea su retrato de una sociedad decadente, sin valores ni moralidad; no disimula que el guión sea demasiado plano y sus personajes también, por mucho que pueda ser una decisión premeditada. Es entonces cuando salgo de la película y empiezo a pensar en todas las incoherencias que se suceden en lugar de estar inquieto por lo que va a ocurrir.
Fede Álvarez entrega una película muy sólida. Con el dominio absoluto de los mínimos elementos es capaz de crear y mantener un ejemplar nivel de tensión que se acrecienta con un par de ingeniosos trucos visuales y narrativos. La carencia de lógica y los clichés no impiden que el producto sea muy entretenido, pero la carencia de ideas de su guión (al contrario que su repertorio visual) y la falta de drama o desarrollo del itinerario moral que dibuja por encima, sí que impiden que me muerda las uñas. Porque sin elementos tan fundamentales no soy capaz de entrar en una película por completo, y eso es algo muy negativo cuando la película pretende tenerte siempre en un punto específico. Además el tramo final y la conclusión me sacan de quicio. Por suerte Stephen Lang con una interpretación aterradora, hace que la balanza caiga para el lado positivo. Habrá que esperar con interés lo siguiente de Fede Álvarez.
Alejandro Arranz
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