-Una aventura espacial de las de antaño. Ridley Scott vuelve a su género con una película inteligente, emocionante, positiva y muy divertida.
-Visualmente fantástica, con un guión sólido y una gran interpretación de Matt Damon. “The Martian” es un blockbuster de los buenos.
Nunca he dejado de defender el trabajo de Ridley Scott, ni en estos últimos años cuando se ha llevado más palos que elogios. Cierto es que no siempre elige bien donde se mete o la gente con la que trabaja, pero como director siempre cumple con creces. Vale que no gusten sus batallas digitales, sus Robin Hood que no tienen nada que ver con Robin Hood o esa “Exodus” tan mediocre como larga. Pero el que una vez fuera rey de la ciencia ficción no ha dejado de entregar filmes a reivindicar entre sus llamados fracasos. Y no hablo sólo de magistrales piezas infravaloradas como “Los impostores”, magníficos dramas mafiosos como “American Gangster” o thrillers de alto voltaje como “Red de Mentiras”. ¿Qué pasó con ese “Consejero” tan brillante, que por alguna razón aparente todo el mundo dio de lado?...Pero bueno, la verdad y el tema que vamos a tratar en esta reseña es que la ciencia ficción le debe mucho al señor Scott y a sus dos obras maestras: “Alien” y “Blade Runner”. Y tras esa -para muchos- horrible traición que supuso “Prometheus”, su vuelta al género es con “The Martian”, la adaptación de la estupenda novela homónima de Andy Weir. Nuestro protagonista es Mark Watney (Matt Damon), un astronauta-botánico al que dan por muerto en el planeta rojo, un hermoso y peligroso paraje en el que tendrá que sobrevivir si quiere volver a casa. Para narrar esta historia, Scott cuenta con uno de los mejores elencos del año. Entre los participantes para rescatar a Matt Damon encontramos a: Jessica Chastain, Kate Mara, Chiwetel Ejiofor, Kristen Wiig, Jeff Daniels y Michael Peña. Y por si fuera poco el guión corre a cargo de Drew Goddard, guionista y director de “Cavin in the Woods” y creador de la fabulosa serie “Marvel's Daredevil”. La pregunta se hace clara a partir de aquí: ¿Habrá conseguido Scott volver a conectar con el espectador como antaño?