sábado, 29 de abril de 2017

Crítica de "Guardianes de la galaxia Vol.2"

-Puede que el público la adore por su mezcla de acción incesante y diálogos ágiles repletos de gags y humor nostálgico; pero lo mejor de este volumen 2 es la atención al interior de sus personajes.

-Gunn ha explotado totalmente su amor por el cine de Serie B en esta secuela mucho más inteligente de lo que se ve a primera vista.

Sin rodeos ni saltos espaciales. No es difícil saber que el UCM me ha ido entusiasmando más y más desde que decidió especializar cada película en un género diferente para que las tropecientas cintas anuales no se nos hagan tan cansinas. Avengers (2012) fue una película clave, una declaración de lo que se podía lograr uniendo a los héroes tras sus películas individuales, un logro (para bien y no tan bien) del cine como entretenimiento y un regalo para cualquier fan de los cómics que no fuera especialmente quisquillosos para entender que el universo cinematográfico no seguiría los pasos de lo narrado en las grapas. No obstante, la película estrella de la casa de las ideas es, fue y probablemente será Guardians of the Galaxy (2014) de James Gunn. Un prodigio de Space Opera convertida en película de culto instantáneo, el Star Wars de la nueva generación. Pura nostalgia, puro color, puro exotismo visual, puro cariño por los personajes y chabacanería paródica para dar el contraste necesario a todo ese cine superheroico post-Nolan necesitado de filosofía trascendente, oscuridad épica y delirios de tragedia. Un recuerdo valioso de como era el cine de entretenimiento de antaño. Ahora, después de tres largos años de espera, regresan nuestros forajidos favoritos. Con James Gunn de nuevo a los mandos de la nave y un potente reparto que crece gracias a los fichajes de Kurt Russell, Sylvester Stallone y Elizabeth Debicki; entre otros. Abrochaos los cinturones, vamos a hablar de esta nueva y psicotrópica aventura espacial. Darle play al volumen 2.

El comienzo deja claras un par de cosas. Lo primero, que vamos a caer rendidos ante Baby Groot, el bichejo-árbol más encantador y tierno que veremos en pantalla esta temporada. Su baile introductorio mientras sus compañeros luchan de fondo con un pulpogusano gigante que escupe fuego de colores pone de manifiesto que la comedia será la protagonista principal de esta secuela, que la música no va a cesar ni medio segundo, que Gunn ha mantenido su estilo intacto y sí, como dice David Hasselhoff, que todos somos Groot. No obstante, también produce cierta sensación de repetición respecto a la primera entrega, algo que da mucho miedo cuando vemos una secuela y que afectará en ciertos sentidos a este volumen 2. Porque esta segunda entrega por momentos parece un episodio de relleno de alguna serie galáctica (uno de los buenos eso sí) en el que importa más el humor ochentero en vena (desde lo más obvio a lo más ingenioso) que llevar la historia hacia el siguiente nivel.

Pero hay que ver más allá de todo el caos y los gags irrefrenables, pues Gunn nos está contando una historia sobre familia y paternidad. El director emplea una excusa argumental para hacer que sus personajes crezcan, dividiendo en dos la narración para contarnos por un lado el desarrollo de la relación entre Quill y Ego, y por otro el ocaso de Yondu como líder de los saqueadores. Así pues, pese a no ser igual de fresca, brillante, alucinante y cautivadora que la primera; tiene para ofrecer un corazón completamente auténtico, que se revela cuando reduce el ritmo para poner frente a frente a sus personajes, sus emociones y problemas. En esas ocasiones la película toca techo, aunque a veces le cuesta equilibrar los tonos más de lo esperado. Mientras tanto, cuando el ritmo está en “modo on” y la música baña el escenario, el regreso de los guardianes abraza sin prejuicios y mucho más que nunca su condición de hiperbólica serie B a la que es imposible resistirse, incluso ofreciendo elementos muy alejados del cine de industria. Y así es como avanza como un cohete (el metraje se alarga) hasta un emotivo final cuyos últimos 15 minutos son una maravilla.

Este segundo volumen no tiene problemas en aceptar sus raíces y convertirse en una gigantesca caricatura espacial que mantenga la sonrisa del espectador de principio a fin. Tampoco se olvida de sus personajes, que son la pieza fundamental y dan el contraste tonal en sus conversaciones sobre las relaciones humanas y la familia. Guardians of the Galaxy 2 es un triunfo chabacano, comiquero, caricaturesco, autorreferencial, psicodélico, retro y muy emotivo; que sin llegar al nivel estratosférico de aquella pieza inolvidable, trono indiscutible del UCM, ofrece más de dos horas de diversión libre y genuina, de esa que ahora parece un placer culpable. Además, en su interior, nos habla con inteligencia, honestidad y valor sobre asuntos que merece la pena escuchar. El último logro de Gunn, hacer los créditos más efímeros de la casa, con cinco escenas post-créditos.


Alejandro Arranz

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