sábado, 27 de enero de 2018

Crítica de "Call Me by Your Name"

-Una película que respira a través de cada poro. Todo evoca, sugiere y suscita.

-Chalamet y Hammer son una de las parejas del año en una de las mejores películas del 2017.

No sé si alguna vez les ha pasado cuando deciden dar un paseo. En ocasiones mi rostro se topa con un repentino rayo de sol que me ciega por un instante. En un primer momento me resulta molesto, por inesperado. Sin embargo, una vez pasada la sorpresa, el tiempo parece detenerse, y ese rayo de sol se revela como uno de los mejores momentos del día. Algo semejante me ha ocurrido con esta película de Ivory y Guadagnino. En un principio mi percepción solo alcanza a reconocer a un puñado de peleles artificiales de clase alta, que se me atragantan por su moderna condescendencia, su forzada pretenciosidad y su plana artificialidad. Nada más lejos de la verdad, aunque cierto contexto social se mantenga cuestionable, pues Call Me by Your Name es una historia que florece, repleta de detalles extraordinarios, sentimientos complejos y hermosa imperfección. Ivory y Guadagnino han creado una de las experiencias cinematográficas más ricas y estimulantes del año.

sábado, 20 de enero de 2018

Crítica de “The Post” (Los archivos del Pentágono)

-Ha vuelto el mejor Spielberg. El narrador clásico con inquietudes modernas.

-Casi toda la película sucede en despachos y habitaciones y es mil veces más emocionante que cualquier blockbuster moderno.

Hace 13 años Steven Spielberg probó suerte con el cine político, de ahí salió la magnífica “Munich”. Entonces vimos una nueva faceta del cineasta, una que a algunos nos fascinó inmediatamente. Años más tarde esa faceta firmaría “Lincoln” (2012), gracias a la cual el pasado Rey Midas de Hollywood se manifestó también como un maestro de la narración clásica (algo que se rumoreaba en “Catch Me If You Can”). Las virtudes de aquella propuesta se extrapolaron a “Bridge of Spies” (2015), película que se vio afectada negativamente por algunas conocidas manías del director. Este año regresa el Spielberg clásico y político, para contarnos como en junio de 1971, los periódicos The New York Times y The Washington Post tomaron una valiente posición en favor de la libertad de expresión, informando sobre los documentos del Pentágono y el encubrimiento masivo de secretos sobre Vietnam por parte del gobierno, que había durado cuatro décadas y cuatro presidencias estadounidenses. La cámara apunta hacia el pasado para recordarnos ciertos valores universales y hacernos observar los paralelismos con nuestro convulso presente. Bravo señor Spielberg, he aquí una gran película clásica de candente actualidad.

sábado, 13 de enero de 2018

Crítica de "Three Billboards Outside Ebbing, Missouri"

-Una gran película, me suena auténtica incluso en los momentos más excéntricos.

-Frances McDormand es una fuerza de la naturaleza. Por favor, un Oscar para Sam Rockwell.

Los hermanos McDonagh son dos de los mejores nuevos directores que ha dado la última década. El pequeño, John Michael, ha convertido su colaboración con Brendan Gleeson en algo semejante a lo que tenían Wayne y Ford cuando rodaban westerns juntos. Sin embargo en 2016 vimos como daba un paso en falso con su tercera película, War on Everyone, en la que no participaba Brendan Gleeson. Algunos probablemente lo achacaron a que era la primera película americana del cineasta, algo difícil de asegurar. Este año le toca el turno a su hermano mayor, Martin, un dramaturgo que a finales de la década pasada pausó su carrera teatral para probar suerte en el cine. Ahora mismo tiene en su haber dos obras de culto: la extraordinaria e infravalorada Escondidos en Brujas y la no menos fabulosa Siete Psicópatas. Desgraciadamente muchos aún le siguen viendo como un remedo de Tarantino y el cine de los hermanos Coen. Nada más lejos de la verdad, pues aunque en sus películas cabe la referencia e incluso la resonancia, Martin McDonagh es un autor personal con todas las letras. Ante la duda, vean su nueva película.

sábado, 6 de enero de 2018

Crítica de "Molly's Game"

-El debut de Aaron Sorkin como director es...muy Sorkiniano. El ritmo lo marca la palabra.

-Jessica Chastain e Idris Elba dan mucho juego juntos.

Tan pronto como termina la película, un servidor enciende la pantalla de su ordenador y comienza a escribir estas líneas, aún empachado por la casi siempre magnífica verborrea Sorkiniana, que también es la esperada protagonista de su nuevo guion, con el que debuta tras las cámaras. Y para dar comienzo a su carrera como director, Sorkin ha escogido la historia de Molly Bloom, alias "La princesa del póker"; que tras ver truncada su carrera como esquiadora olímpica, se introdujo en el mundo de las timbas de póker para acabar haciéndose millonaria antes del los 21 años. Desde luego el neoyorquino no ha optado por esta historia debido a su interés por dicho juego, sino por la imperfecta heroína que habita en ella. Molly Bloom es un personaje muy interesante, pero gracias a Jessica Chastain es muchísimo más. Sorkin, consciente del talento de la actriz, le brinda un entretenidísimo vehículo de lucimiento puramente Sorkiniano; para lo bueno y para lo malo. Ella, se lo agradece con una interpretación de lo más premiable. Que comience el juego.

miércoles, 3 de enero de 2018

Crítica de "The Disaster Artist"

-Es ridícula, amarga, un poco conmovedora y del todo irresistible. No se la pierdan.

-Imperativo, visionarla en versión original y haber visto The Room. Lamento eso último.

He sacado muchas conclusiones del estruendoso aplauso que ha llenado la sala de cine durante los créditos finales del pase de esta última película de James Franco. Eran aplausos reveladores, por una improbable mezcla de ironía, pasión, redención y respeto. Porque una película tan condenadamente mala e impremeditadamente divertida como The Room (2003) haya desembocado en algo tan fascinante como The Disaster Artist. Un filme que no hace sino aprovechar una historia y a unos personajes que, en nuestro tiempo, deben ser de culto. Y es que, como si de un Ed Wood reencarnado se tratase (pero más misógino y vanidoso), apareció de la nada ese Tommy Wiseau que hizo la “mejor peor película de la historia”. A priori un intenso melodrama que mutó oportunamente en una comedia absurda, debido al efecto de un par de risas y otro par de aplausos. James Franco ha decidido contar qué pasó con ese rodaje, y ha debido de hacerlo bien, pues las manos de un servidor formaban parte de ese estruendoso aplauso.