jueves, 23 de agosto de 2018

Crítica de "El viaje de Nisha"

-La nueva película de Iram Haq falla por su falta de sutileza y de unos matices muy necesarios.

-Pese a sus profundos problemas es un melodrama desgarrador con revelaciones significativas.

La guionista y directora Iram Haq, nacida en Noruega pero de padres pakistaníes, ya había representado el choque cultural entre la sociedad islámica y el mundo occidental en su ópera prima, I Am Yours. En esta ocasión va más allá y nos cuenta una historia basada en su propia experiencia adolescente cuando a los 14 años su padre la forzó a pasar un año en Pakistán para conocer sus raíces. Por tanto su segunda película tras las cámaras se convierte en todo un manifiesto de denuncia ante las reglas retrógradas de una sociedad que a la directora, y a otras muchas personas, les ha causado un gran sufrimiento. Una meta admirable que se pierde entre la furia del golpe de efecto y la carencia de imparcialidad.

miércoles, 22 de agosto de 2018

Crítica de "Los Increíbles 2"

-Pierde el efecto sorpresa y el excepcional carácter de la primera, pero sigue siendo un buen entretenimiento.

-Ojalá fuera tan audaz y emocionante como Bao, el cortometraje precedente.

Siempre he creído que Brad Bird es un director bastante infravalorado. Aunque la mitad de su filmografía es considerada excelente por crítica y público su nombre no suele salir a la palestra tan a menudo como el de otros personajes de la industria (Andrew Stanton...), al menos no en las conversaciones entre el público. Productor ejecutivo de Los Simpson, saltó a la dirección de largometrajes con una joya de la animación como El gigante de hierro, para después despuntar en Pixar con dos de las mejores películas de la casa: Los Increíbles y Ratatouille. Probó suerte con la imagen real con la que es para mí la mejor entrega de Misión Imposible y después con la infravalorada Tomorrowland. Ahora regresa al cine de animación con la secuela de aquella deslumbrante película en la que Pixar se permitía por primera vez unos protagonistas humanos. Lo hacía de la mejor manera, profundizando en los problemas de unos personajes que no eran superhéroes sino más bien personas con poderes pero también con problemas cotidianos con los que el público podía empatizar. Bird logró crear un artefacto espectacular, equilibrando con impecable sentido del ritmo un refinado y muy atrevido aparato de resonancias comiqueras (Millar, Moore, Kirby, etc), un apartado visual deslumbrante y una historia familiar que la convertían -junto a Unbreakable- en la mejor película de superhéroes desde los tiempos de Richard Donner y Tim Burton. El género ha cambiado mucho en los últimos 14 años, veamos si la familia Parr se adapta bien.

miércoles, 1 de agosto de 2018

Misión Imposible: Fallout

-McQuarrie y Cruise llevan el concepto “cine de acción” a un nuevo nivel con esta taquicárdica exhibición de músculo técnico y riesgo físico. El más espectacular episodio de la saga, que no el mejor.

-El fichaje de Henry Cavill es todo un acierto, valió la pena el alboroto del bigote.

Cada vez parece más lejano aquel año 66 en el que Bruce Geller y Bruce Kesler daban comienzo a las aventuras de la FMI y sus extraordinarios espías en la serie de televisión clásica. Mucho mejor ha envejecido la inolvidable melodía de Lalo Schifrin, que todos seguimos tarareando cada vez que se nos vienen a la cabeza las palabras “Misión imposible”. Fue el cineasta Brian De Palma quien en 1996 adaptó aquella serie a la gran pantalla con resultados favorables. Cuatro años más tarde llegaría una desechable secuela de manos de John Woo, que enterró prácticamente las posibilidades de una tercera entrega. Parecía imposible revivir la saga, pero lo logró -para variar- un más que acertado J.J. Abrams. A continuación Brad Bird, dando el salto desde la animación de Pixar, le daría una nueva vida a la franquicia con mi episodio favorito, Ghost Protocol. Sería Christopher McQuarrie el último en coger el relevo, justo después de comprobar lo bien que se entendían él y Cruise en la sorprendente Jack Reacher. En esta ocasión McQuarrie vuelve a terminar lo que empezó, a cortar los flecos que quedaron sueltos tras el final de la quinta misión de Ethan Hunt, a darle a la saga una vuelta de tuerca, a pedirle a Cruise y a Hunt que salten un poco más lejos. El resultado, la mejor noticia posible para los amantes del género.