sábado, 1 de noviembre de 2014

Crítica de “Caminando entre las tumbas”

-Este inquietante thriller de acción se siente poco frecuente, tiene muchos de los elementos de cualquier otro filme del género, pero es indudable e inusualmente mejor que el resto.

-Liam Neeson sigue mejorando ese tipo de papel que le viene como anillo al dedo, en esta ocasión está casi hipnótico como el detective Matt Scudder.

El guionista y director Scott Frank (The Lookout), nominado al Oscar a mejor guión adaptado por “Out of Sight” de Steven Soderbergh, ha sido el encargado de adaptar a la gran pantalla el best-seller del afamado novelista estadounidense Lawrence Block. Block era reconocido por sus novelas negras, a las que añadía grandes dosis de humor. El personaje del detective Matthew Scudder protagonizó casi una veintena de novelas y en esta ocasión la novela elegida para ser llevada al cine ha sido “A Walk Among the Tombstones”. Para dar vida al tortuoso y duro detective se ha elegido a Liam Neeson y la verdad es que no hay otro actor en activo actualmente al que este tipo de papeles le vayan tan a la medida. El elenco queda completado por caras más o menos conocidas como pueden ser: Dan Stevens, Marina Squerciati, Sebastian Roché, Boyd Holbrook, Stephanie Andujar y David Harbour. Por último mencionar el excelente trabajo del director de fotografía, Mihai Malaimare Jr. (The Master), y del compositor Carlos Rafel Riviera, que pese a su poca experiencia ha hecho un trabajo más que correcto. Finalmente la nueva película de Liam Neeson resulta ser una de las mejores que ha hecho de este tipo: una hábil dirección, un guión sólido, esa sombría atmósfera de neo-noir y en especial esa gran actuación que nos hace desear otra aventura del detective Matt Scudder.

Comienza con una potente escena inicial que nos recuerda a “Harry el Sucio”, desde ese momento crucial la película da un salto en el tiempo para narrar la historia del ya mencionado detective Matthew Scudder (Liam Neeson), un policía retirado que ahora trabaja como investigador privado sin licencia. El personaje protagonista -como los demás- no es más que un estereotipo, al que Liam Neeson aporta una profundidad inusitada con su actuación, la historia durante la mayor parte del tiempo también es una de esas que hemos visto mil veces, sin embargo como decía antes todo parece mejor de lo que es en realidad: la narración es superior, contiene detalles más agudos, una atmósfera mucho más trabajada, buen humor, diálogos inteligentes y así en la mayoría de aspectos. Por lo tanto aunque aparentemente estemos ante el típico thriller, Scott Frank y su equipo han conseguido diferenciarse -y mucho- del resto de películas del género, consiguiendo ese toque noir con aires novelescos y esa sombría y escalofriante atmósfera que pone los pelos de punta, además la película no se detiene a la hora de mostrar la violencia, y esto lo digo como un cumplido. En otro orden de cosas la estética es estupenda, por no hablar del resto del trabajo visual-formal, simplemente excelente. Y la -antes mencionada- atmósfera lograda por el director es fastuosa, en muchos aspectos la novela ha cruzado muy dignamente a la pantalla. También hay que hablar de la ambientación, que es sin duda otro punto a favor de esta adaptación.

El guión es una de las partes más irregulares del filme, por un lado resulta más agudo, fiel a la fuente original y atrevido que la mayoría, sin embargo ni sus personajes (aún con los claroscuros del protagonista) ni su trama, denotan demasiada novedad, más bien todo lo contrario. No obstante el libreto tiene muchas otras virtudes, algunas provienen de la novela de Block y otras son nuevas; como pueden ser un par de escenas brillantes, esa sutil y muy precisa manera de rebajar la intensidad con humor (algo que ya hacía el novelista en sus obras) o la muy inteligente decisión de imbuir a los villanos con esa aureola de misterio y tenebrosidad casi surrealista, por ejemplo. Una de las cosas que menos me gustan es el personaje de TJ, aunque el crío sea un óptimo transmisor cómico la verdad es que en ocasiones más que rebajar la intensidad, elimina por completo la atmósfera y la seriedad de la cinta, eso junto con que el personaje es bastante absurdo y tópico hace que lo vea prescindible. Así aunque la cinta destaque por su apartado visual, su atmósfera y su interpretación principal, los apartados no formales también rinden a buen nivel pese a sus fallos. Hacía el final la película da un giro extremo, en su climax la intriga atmosférica se convierte en acción pura, violenta y cruda; por lo tanto unos intensos y sangrientos minutos finales que llegan a una conclusión por un lado muy acertada y por otro demasiado previsible.

Scott Frank construye un estupendo thriller novelesco con alma de serie B, una especie de neo-noir bastardo con un Liam Neeson perfecto y magnético, de una cuidada fotografía y atmósfera espléndida, extremadamente violenta pero sin a penas escenas de acción. “Caminando entre las tumbas” es cine oscuro, inteligente e implacable; una dura y brutal fábula novelesca con tintes de “Asesinato en 8mm”, “El Silencio de los Corderos” y otro par de thrillers contemporáneos y que finalmente acaba rindiendo bastante por encima del género.


Alejandro Arranz

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