lunes, 14 de septiembre de 2015

Crítica de “American Ultra”

-Esta desfasada comedia de acción tiene algunos momentos disfrutables, pero en su conjunto tenemos otro fracaso veraniego.

-Demasiada violencia para tan poca diversión. La mezcla de géneros no podría encajar peor y sólo el dúo protagonista se salva del desastre.

Para muchos Josh Trank (que antaño tenía una carrera brillante por delante) se ha convertido en el mayor fracaso de cineasta prometedor de los últimos años. Pero nadie parece hablar del guionista de “Chronicle”, Max Landis, otro nombre que se ganó a pulso que crítica y público siguieran su trabajo con suma atención. Pues bien, Landis ha ido por su camino y se ha encargado de escribir el guión de “American Ultra”, una salvajada de acción con toques de humor y mucha sangre en uno de los géneros más manidos que haya, el del espionaje. El encargado de plasmar esta idea “comiquera” en la pantalla es el director inglés, Nima Nourizadeh (Project X). Y una de las cosas que más sorprenden de la propuesta es el casting, Jesse Eisenberg y Kristen Stewart co-protagonizan esta alocada historia, dos actores que a priori no nos imaginariamos en sus respectivos roles pero que finalmente hacen un buen trabajo. Para secundarles tenemos a un interesante reparto de secundarios como: Connie Britton, Topher Grace, John Leguizamo, Walton Goggins y Bill Pullman -entre otros-.

El filme de Nourizadeh funciona sólo en momentos puntuales, con algún gag agudo o cierta escena de acción bien acompasada. Sin embargo, en general resulta un fracaso total, inconsistente, en especial por la incompatibilidad de sus géneros o más bien por la forma en la que se intentan ensamblar éstos. Aparte los niveles de violencia que alcanza la cinta son inexplicables, resultan desagradables y no cumplen ninguna función más allá de intentar atraer chavales con pocas neuronas y demasiado tiempo libre. A esto hay que sumarle una intolerable falta de gracia y diversión en una gran cantidad de tramos, todo ello muy intermitente. La verdad es que estamos ante dos películas en una, por un lado la típica trama de espionaje repleta de clichés y con un añadido gore-porreta-cómic bastante llamativo, y por otro una interesante historia de amor que se desaprovecha por completo y por tanto no acaba de cuajar. En la trama romántica con esos personajes colocados y desarrapados encontramos lo mejor de la propuesta, sus protagonistas, Eisenberg y Stewart están realmente bien, tienen un rara pero genial química en pantalla, ambos son intérpretes a reivindicar. No obstante es la parte de acción y espionaje la que gana terreno, y es tan horiblemente violenta, absurda, previsible y sosa que al final estás harto, incluso en esa escena del supermercado que quizás habría calado más en otro año que no hubiéramos visto el magistral plano secuencia de “Kingsman” en la iglesia; una película muy violeta pero también muy divertida y “estética”. Nourizadeh y su equipo fallan a favor de una puesta en escena no demasiado arriesgada pero bastante efectiva, la habitación con luz ultravioleta es lo más vistoso -y autoconsciente- de este trabajo de Michael Bonvillain (“Zombieland”).

Así pues “American Ultra” es otro de esos ininterrumpidos fracasos veraniegos que se suceden hasta inundar las carteleras semana tras semana. Quitando a sus dos protagonistas y algún momento concreto de diversión pasajera y descerebrada el filme ni entretiene ni aporta y encima el nivel de violencia incluso ofende un poco en ocasiones. Esta inviable mezcla de “Red”, “Bourne” y “Cheech y Chong” tan sólo nos deja unos créditos finales muy divertidos protagonizados por el fantástico Mono Apolo, el resto mejor saltárselo.


Alejandro Arranz

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