-Ópera prima de determinación, valentía y personalidad arrolladoras. Impactante, inteligente y tan aterradora como auténtica.
-Ducornau nos abre el canal con precisión y confianza. Todo un tour de force para el espectador.
Después de una sofocante campaña de marketing, he ido a ver Crudo, el debut de la directora francesa Julia Ducournau. En la sala no ha habido ningún desmayo o desfallecimiento, y lo primero que hay que tener claro cuando hablamos de esta película, es que no se parece a lo que les han estado vendiendo. Las apuestas de terror no convencionales, en especial esta nueva ola repleta de cineastas con cosas que decir y comprensión de las claves del género para engendrar y trasmitir sus ideas, caen ante sus propias campañas de publicidad que, por irónico miedo a que su película no sea un éxito, juegan a la prestidigitación para vender algo que no es exactamente lo que encontraremos en la sala de cine. Lo sufrieron los trabajos de Shyamalan (The Village), lo sufrió The Witch de Robert Eggers y también Babadook; tuvo más suerte It Follows. Todas grandísimas películas que rechazaban las fórmulas manidas para renovar un género poco inspirado en los últimos años. Pues bien, esta vez lo está sufriendo Crudo. Mi trabajo con este artículo es darles un contexto correcto, para que vayan a ver la película que realmente está en la sala.