sábado, 2 de agosto de 2014

Crítica de “Cómo entrenar a tu dragón 2”

-Más grande, más adulta y digamos oscura pero moderadamente inferior a su predecesora, debido casi enteramente a la cojera de su trama y también a lo desaprovechado su guión.

-La factura técnica es asombrosa, la belleza de sus escenarios, el diseño de los nuevos dragones, o sin ir más lejos los excelentes personajes humanos; a través de su apartado visual la película logra volar.

Dreamworks no se lo piensa dos veces y nos trae la secuela del éxito infantil del 2010, la diferencia de años es alentadora, en especial cuando la mayoría de secuelas de todo tipo (destacando las de animación) salen con a penas un año de diferencia para sacarles más partido -económicamente hablando-, Dean DeBlois vuelve como director pero pierde la colaboración de su compañero Chris Sanders con el que también dirigió “Lilo & Stich”, mientras Sanders se encargó de convertir en uno de los mayores éxitos del pasado año la película “Los Croods”, a DeBlois le toca llevar a buen puerto esta secuela de altos vuelos. Muchos fuimos los que sin ningún tipo de expectativas acabamos hechizados por los dragones, por el furia nocturna -en particular-, por el milagroso apartado visual y en general por lo entretenida que fue aquella primera parte, una aventura para toda la familia que fue tachada de infantil a pesar de que en ella ocurrían cosas insólitas en el género, eso sin contar su guión nada desdeñable con enormes posibilidades emocionales y muy buen humor; por supuesto cuando se hace oficial una segunda parte para aquella imprevista maravilla, ahora más madura, más épica y con más dragones pues las expectativas suben como la espuma, algo que le afectará negativamente por la desgana que demuestran muchos aspectos de esta irregular secuela, que pese a sus problemas ha vuelto a hacerme sentir como un niño, a hacerme sentir -en ocasiones- que puedo volar, a recordar como se hace una buena película de animación (aunque esta sólo lo sea en parte), “Como entrenar a tu dragón 2” es más grande, más adulta y tiene más que decir que su antecesora y sin embargo es peor, aún así sigue teniendo esa irresistible magia que me devuelve lo mejor de la infancia...y además el alfa es una auténtica pasada.

Antes de nada deciros que no se os ocurra ver el trailer pues os destrozará un par de sorpresas muy buenas, dicho ésto me pongo manos a la obra, la película inicia como lo hacía la primera parte, con Hipo contándonos como es su aldea, con sus particularidades frente a otras aldeas y en esta ocasión de manera inteligente nos introduce como ha ido evolucionando la vida allí desde que conviven pacíficamente vikingos y dragones, cómo han aparecido nuevos deportes, que reformas ha tenido la ciudad y cuanto tiempo ha pasado desde que dejamos la encantadora isla de Beurk, tras esa escena pasamos a otra mucho más emocionante, Hipo y Desdentao vuelan descubriendo nuevas islas hasta donde alcanza la vista, una escena que pierde mucho si como a un servidor se la ponen previamente como un adelanto de cinco minutos en cualquier otra película de turno, aunque el lado positivo es verla dos veces al precio de una, con el paso de los minutos nos damos cuenta de como ha madurado el protagonista, sus obligaciones, el cambió que ha sufrido la relación con su padre, con Astrid y hasta con los aldeanos, la verdad es que DeBlois ha tomado las influencias de fuentes más que aceptables y se nota mucho a lo largo de la aventura, donde el susodicho no lo ha hecho tan bien es en el guión, que como la mayoría de personajes está bastante manco, entre tramas a medio cocinar, oportunidades desechadas y tópicos el filme acaba siendo mucho menos de lo que debería, lo de el héroe que rechaza sus deberes y acaba aceptándolos por la necesidad de la situación está demasiado visto pero el problema es que de ese estilo hay demasiadas situaciones, algo que no está mal en una simple película para niños sin pretensiones pero sí cuando está claro que intenta ser algo más; se hace un gran trabajo para crear una idea temible del villano sin que este aparezca en pantalla pero todo se va a pique cuando tiene que entrar en escena de cuerpo presente, no da la talla, no creo que nadie se haya fijado demasiado en él cuando están detrás los Alfas, ovación para el diseñador.

Argumentalmente no se han esmerado, seguramente con una trama más trabajada no se hubiera acudido tan a menudo a tópicos y la película habría sido toda una proeza, sin embargo el origen de los problemas de esta secuela proviene de ese punto, sin demasiada historia que contar la cosa es sacar minutos de donde se pueda, y una manera muy fácil de hacer eso en las películas de animación es añadir la comedia, es algo obligatorio pues es cine para niños y siempre viene bien como relleno, aún así el humor está bien, no hay pega de eso salvo que es más divertido en la propuesta visual que en los infantiles diálogos, resumiendo me río más de las ovejas, como ejemplo, que de la sosa “subtrama” (si es que se puede llamar así) de Kognedur. Hacía la mitad de la película, tras uno de esos interesantes giros de guión que el trailer se encarga de chafaros, nos sacan las lecciones naturalistas sobre la protección de los animales y la naturaleza en si misma, no pasa nada podréis refugiaros en el punto fuerte del filme que tiene algunos de los mejores momentos en este periodo de tiempo, hablo del apartado visual, la imaginación de muchos detalles es desbordante y ver a todos esos dragones volando alrededor de la gigantesca montaña de hielo es extraordinario; a partir de ahí viene el grueso de la acción, entre medias una canción de esas que no pueden faltar y varios puntos muy atractivos que el guión pone en el camino pero no desarrolla o hace como si no hubieran ocurrido, lo cual es algo que me irrita mucho en el cine, de todos modos los últimos minutos darán a los espectadores lo que buscan, aventura épica llena de acción y amistad con dragones gigantes y momentos de esos que a los peques les dejarán impresionados y a los adultos mucho más de lo que esperan, lo malo es que la película hará ya rato que empezó a hacerse larga, después de todo te has divertido y tienes ganas de ver como continúa la historia de Hipo, Desdentao y toda la aldea de Beurk, pero tras un análisis más detenido la que parecía ser una secuela moderadamente peor resulta ser significativamente peor y como punto final a comentar la funcional banda sonora de John Powell no me transmite lo que me transmitía su trabajo en la primera parte, aquella me parecía excelente y ésta simplemente correcta.

Después de todo reafirmamos que más grande no significa mejor, el hecho de tener más material a desarrollar y que ese material sea más maduro no significa que funcione como lo hizo la original, visualmente es mejor lo que ya es una proeza considerable, profundiza más y se aprovecha de la evolución que han tenido los personajes y el mundo que les rodea pero aún con todo eso no me hechiza como lo hizo aquella hace cuatro años, por el argumento tan ingenuo y por el guión tan indolente que lleva sobre sus hombros, porque su villano funciona sólo a medias, porque desatiende casi todo lo importante y desarrolla los elementos banales; si la pregunta que me hacéis es si les gustará a los niños, la respuesta será que sí, si me preguntáis por el resto de la familia os diré que no encontrará nada demasiado infantil pero tampoco algo trascendente como “Frozen”, para nada es una mala película sólo parece hecha demasiado rápido y sin demasiado trabajo (nada que objetar al apartado visual) y por eso tampoco es la secuela que pudo y debió ser, no es un clásico animado, es una aventura entretenida para toda la familia con algunos puntos brillantes.


Alejandro Arranz

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