-Un retrato sincero, complejo y muy humano sobre el amor, el matrimonio, la vejez, la fragilidad, el pasado, etc. Al filme no le sobra ni medio fotograma.
-Rampling y Courtenay realizan dos interpretaciones extraordinarias; dominio absoluto del medio y sus elementos/recursos.
Andrew Haigh ya dirigió un excelente drama romántico en 2011. “Weekend” tenía mucha emoción contenida, también hablaba en términos universales, expresaba infinidad de emociones con una simple mirada y asímismo resonaba a la trilogía de Linklater. Ahora estrena “45 años”, un drama romántico sobre la vejez en lugar de sobre la homosexualidad. Sin embargo mantiene su personalidad intacta y en esta ocasión se decide a entrar hasta las entrañas de sus personajes y su larga relación para seguir hablando del amor, de las personas, de sentimientos enterrados, de secretos y muchos otros temas universales. El guión vuelve a escribirlo el propio Haigh, esta vez basado en un relato corto de David Constantine, y el protagonismo de la cinta lo comparten Charlotte Rampling y Tom Courtenay, dos intérpretes veteranos que utilizan todos los recursos de los que disponen logrando así dos trabajos de premio. Un filme sobre dos personas en el que cada gesto y cada fotograma son tan inteligentes, informativos y profundos que apasiona lo que cuenta.