-Si eres fan, deja de leer y entra de cabeza en ese váter escocés. En lugar de heroína encontrarás supositorios de opio, pero la experiencia no es desagradable.
-Prepara la vena para chutarte un viajecito de nostalgia. Súbete al tren de Boyle y disfruta, la única consecuencia es la decepción.
Sí, yo también fui un adolescente que quedó fascinado por aquel chute narcótico y electrizante de cine que fue Trainspotting de Danny Boyle. Me encariñé con aquellos cínicos personajes que no elegían la vida porque nadie lo haría teniendo heroína. Con aquella cámara centelleante, aquella mezcla de humor chusco y descorazonadora tragedia, aquel imborrable repertorio de canciones con Iggy Pop a la cabeza, aquel honesto retrato del mundo de la droga sin aleccionamientos innecesarios. Durante algún tiempo, la adaptación de la novela de Irvine Welsh fue uno de mis filmes de referencia. No obstante, hace tiempo que di el salto hacia lo que la sociedad denomina “madurez”, una fase que también atravesé cinematográficamente hablando. Después de eso pude visionar esa notable obra de una forma más analítica, y desde entonces no he dejado de hacerlo, pues prácticamente no ha envejecido y sigue siendo una de las mejores películas de su temática. Ahora resulta que también han madurado, más o menos, los personajes de aquella historia. Porque Danny Boyle y el guionista John Hodge, deciden volver a traerlos a la gran pantalla tras 20 años. ¿Nos apuntamos a otra fiesta?