sábado, 18 de enero de 2014

Crítica de “El Lobo de Wall Street”

-Una de las mejores películas del año, el Scorsese más rebelde y furioso es también el mejor.

-El guión es rematadamente bueno y no hay palabras para describir la interpretación de DiCaprio; uno de los mejores biopics de los últimos tiempos y a la vez una comedia negra que sobrepasa el mejor nivel de los Coen.

La nueva película de Martin Scorsese, una de las citas más esperadas del año, más aún si tenemos en cuenta que representa su quinta colaboración con Leonardo DiCaprio y más aún si leemos al firmante del guión, sí señoras y señores el mismísimo Terence Winter (guionista de Los Soprano y creador de Boardwalk Empire). Y si había pocas ganas va el amigo Martin y se saca de la manga el mejor trailer del año: fiesta, enanos voladores, mujeres sexys, wall street, un Jonah Hill desmadrado, un McConaughey completamente loco y un DiCaprio tan enérgico que provoca mareos. Y esto no es todo, porque las críticas positivas y las nominaciones se sucedían hasta el día de su estreno, ayer día 17 de Enero asistía extasiado a una abarrotada sala de cine en la que disfrutaría de una de las mejores experiencias cinematográficas del año.

Desde el primer fotograma comienza el mejor Scorsese que pueda existir, te atrapa y sabe captar tu atención durante tres horas haciendo que parezcan una, su magistral dirección se une al magnífico guión de Winter para revolucionar las salas de cine, y DiCaprio asesta el golpe final con una de las mejores interpretaciones que se le recuerdan, electrizante y tan jodídamente buena que dan ganas de gritar. Es una de las mejores películas que ha hecho Scorsese, dura tres horas y bien podría durar otras tres porque no apetece ir a ninguna otra parte.

Hay un perfecto equilibrio entre biopic y comedia negra con tintes del cine de mafiosos, nos habla sobre el mundo de Wall Street, sobre los negocios sucios, el exceso y al mismo tiempo desarrolla a un fantástico personaje que se va transformando en peores facetas suyas, un personaje autodestructivo como no se recuerda desde el Ben Sanderson de “Leaving Las Vegas” y que al mismo tiempo sirve como excusa perfecta para la comedia, no la simple comedia sino la mejor comedia negra, hay momentos de risas gigantescos y cada chiste siempre vuelve para morderte el trasero; la verdad es que todo funciona como un reloj, desde guión hasta el último de los secundarios.

El reparto, todos están excelentes, hasta los extras, pero hay que comentar las caras importantes: en primer lugar McConaughey, que se encuentra en el mejor momento de su carrera (con Globo de Oro y nominación al Oscar por “Dallas Buyers Club”), su aparición es corta pero fastuosa, el suyo es un personaje realmente importante y él completa uno de los momentos más divertidos de la película, tan prodigiosamente sobreactuado que sólo permite exclamar alguna palabra malsonante. Luego está Hill, para todo aquel que siga creyendo que es un actor sin cualidades aquí tiene una prueba fehaciente de que no es para nada así, ya puede estar entre el resto de secundarios o en un primer plano, que está increíble, cada uno de sus minutos en pantalla es una gozada. Y por último el más importante, DiCaprio interpreta a Belfort con una destreza inconmensurable, aún me faltan por ver bastantes interpretaciones éste año, pero ninguna de ellas será tan enérgica, tan ostentosa y es difícil que alguna sea mejor; clava todos y cada uno de los matices de su personaje, realiza algunas de las mejores escenas que Scorsese haya rodado jamás y además es tan divertido que hace llorar; para este cronista, Leonardo DiCaprio es el mejor actor de la generación y ésta vez lleva su prodigio interpretativo a un nuevo nivel en el que mira fijamente a la academia y le dice que pueden meterse el Oscar donde les quepa, porque él no va a ir a ninguna parte, y va a seguir realizando, una tras otra, interpretaciones de escándalo.

Scorsese ha vuelto en plena forma, como no se le recordaba desde hace tiempo, y lo único malo que se puede decir de ésta película es que es avasalladora, la cámara del director graba tanto sexo, drogas, violencia y depravación a un ritmo tan frenético que los ojos se inyectan en sangre, pero el esfuerzo merece la pena, pues el maestro Martin siempre tiene algo interesante que contar, aunque rara vez lo hace con tal furia destructora y tal dominio de la comedia; son tres horas de juerga escritas, dirigidas e interpretadas con la maestría más absoluta y si bien “Infiltrados” es la mejor película que el dúo Scorsese-DiCaprio haya hecho, como colaboración ésta es la más demoledora; una obra con un poderío cinematográfico colosal, hecatómbico, insondable.


Alejandro Arranz

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