viernes, 17 de enero de 2014

Crítica de “The Grandmaster”

-Extraordinaria, un magnífico drama de artes marciales de gran importancia histórica y que alcanza su máxima intensidad en las impresionantes y magistralmente coreografiadas peleas.

-Una fuerza visual apabullante, no aburre ni un sólo minuto y posee una profundidad mucho mayor de lo que le permite ver a una mirada opaca. Al final acabas plenamente satisfecho, has visto un fascinante drama desarrollado con maestría en uno de los momentos más convulsos de la historia China y también una portentosa película de acción.

Cinco largos años llevamos esperando muchos, la vuelta del siempre fascinante director Wong Kar-Wai, cinco años que ha tardado en realizar esta película que ahora nos presenta, un biopic sobre la figura de Ip Man (maestro de Bruce Lee) como excusa para rodar un melodrama repleto de maravillosas escenas de acción que no dejarán indiferente a nadie. Para interpretar al legendario Ip la elección de WKW ha recaído en Tony Leung Chiu Wai (conocido en Hong Kong como “Pequeño Tony” para diferenciarlo de Tony Leung Ka Fai “Gran Tony”) que interpreta al personaje con un temple y un carisma clásicos, y para literalmente co-protagonizar la película, escoge a la conocida Zhang Ziyi (Memorias de una Geisha, La Casa de las Espadas Voladoras) que también realiza su trabajo con eficacia, ambos consiguen una fantástica química en pantalla.

La larga espera ha merecido la pena, una duda que se desvanece con tan sólo presenciar la primera escena, en la que asistimos a una brillante pelea bajo la lluvia; dominio visual absoluto por parte del director y unas espléndidas coreografías, dos aspectos que no cesarán en toda la película. Pero más allá de las peleas y una deslumbrante puesta en escena, el director hongkonés entrega un drama histórico en una época realmente complicada y trágica pero al mismo tiempo la edad dorada de las artes marciales, una historia de traiciones y amores imposibles en cuyo eje se encuentra la historia del maestro Ip Man.

Atraerá por igual a los amantes del cine de artes marciales y a los nuevos espectadores dispuestos a dejarse hipnotizar por sus bellas imágenes y por su torrente de acción, lo que sorprende a parte de su estructura (en ocasiones demasiado liosa) y otros aspectos, es su guión, algunos diálogos son excelentes y los personajes tan nostálgicos como convalecientes que están unidos por un destino que no pueden evitar pero tampoco saben a donde les llevará; Wong Kar-Wai se ha superado para entregar una película con muchas caras y yo sólo puedo aplaudir.

Uno de los pocos problemas es que la película no funciona tan bien como biopic de Ip Man que como drama de acción, quizás porque al protagonista le falta tiempo en pantalla cuando empieza a ganar protagonismo la historia de Gong Er (Zhang Ziyi), y también seguramente porque nunca llega hasta Bruce Lee; lo bueno es que el cineasta logra convertir la figura legendaria de Ip Man en un hombre real, con un alma rota, pero sin eliminar su maestría en las artes marciales ni el tono de misterio que le rodea.

Al final es en su imperfección donde reside su fuerza, sus fallos la hacen tan grande como sus innumerables aciertos y Wong Kar-Wai tras superar todas las expectativas, que si en profundidad, que si en dominio visual o simplemente mostrando algo totalmente nuevo desde una perspectiva clásica mientras mantiene su firma intacta, logra una película imponente; una película con el temple, la sabiduría y la fuerza de Ip Man y del propio Bruce Lee.

“Un maestro no vive para, sólo vive”-Bruce Lee


Alejandro Arranz

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