sábado, 25 de enero de 2014

Crítica de “Nymphomaniac: Volumen 2”

-El volumen dos tiene escenas de sexo más duras pero también menos cerebro y menos profundidad, hay un efecto “Déjà vu” y un constante intento de darse a si mismo una importancia que no tiene; lo siento Lars pero la has jodido.

-Todo lo interesante decae tras el capítulo seis, que es donde la cinta llega al punto álgido, el resto sólo es material para llegar al final del cuento y poder decir que ha hecho una película de sexo de 4 horas cuando lo realmente fascinante es que ha hecho un gran drama de dos.

El mes pasado os decía que el regreso de Lars von Trier para terminar la llamada “Trilogía de la Depresión” había llegado y teníais que acudir os gustara o no el cine del director, pues bien tras asistir a la segunda parte os digo todo lo contrario. Detesto que mis palabras vuelvan para atormentarme pero el danés ha demostrado que la historia de Joe no daba para cuatro horas, al menos no para él; si fuisteis a ver la primera parte por motivos obvios en este volumen dos tenéis mucha más razón, pero si buscáis profundidad, comedia cósmica o simplemente saber como acaba la historia, es mejor que no saquéis la cartera, porque sólo hallaréis depresión, “Nymphomaniac Vol II” hace honor a la trilogía que completa porque es deprimente ver en que se ha convertido, una basurilla cósmica con aires de grandeza que logra sobrevivir gracias a los capítulos 5-6 y a escenas concretas que sí consiguen captar nuestra atención.

Ahora bien, la cosa empieza genial con los capítulos mencionados que constituyen el final de la primera parte y el comienzo de la segunda, la historia de Joe avanza con eficacia y se narra algún aspecto nuevo que es muy interesante, pero tras eso todo se derrumba por la propia enajenación de von Trier que decide auto-reventarse el proyecto en afán de hacer un intento de obra maestra que acaba en porquería pretenciosa. Los actores no me cautivan como antes, los diálogos empeoran gradualmente dejando algunas lineas inútiles, el guión en si mismo da la impresión de ser los desperdicios de la primera parte, e incluso apartados como la fotografía parecen haber perdido por completo el interés.

Al poco tiempo uno se coloca varios pasos por delante de la mente del director, lo que elimina la posibilidad de cualquier tipo de sorpresa a corto o largo plazo, ésto sucede a raíz de, en primer lugar, que el danés se acomoda totalmente a las expectativas y en especial que la película supone una repetición de escenarios, situaciones y todo lo ya dicho en la primera parte rellenada con escenas de sexo durante dos horas hasta llegar a destruir todo el trabajo anterior en un estúpido final (además de previsible) que no resulta en ningún caso apropiado, una manera cínica y muy torpe de terminar que acaba con toda reflexión, sentimiento y con los propios personajes; llega de nuevo el fundido a negro y ésta vez el público no se pone nervioso por ver que ocurre, sino por intentar largarse pronto de la sala.

Al final, lo mejor es olvidar todo lo que hemos visto más allá del capítulo seis y reconocer que hasta ahí, el director Lars von Trier logró un magnífico drama psicológico con toques de comedia y ni una pizca de sensualidad, sin embargo profundo, inteligente, divertido y sobre todo bien escrito e interpretado; el problema es que antes de olvidarlo debo insistir para que no perdáis vuestro tiempo ni vuestro dinero en lo que hay más allá del capítulo seis, porque este volumen dos parece quererse tomar demasiado en serio a si mismo y dice adentrarse por senderos más profundos que al final constituyen un refrito de lo que ya pudimos ver, con estas dos horas finales puramente innecesarias el proyecto de Lars von Trier acaba más pretencioso que revelador, y repitiendo mis palabras de lineas anteriores: lo siento Lars pero la has jodido.


Alejandro Arranz

No hay comentarios :

Publicar un comentario