lunes, 5 de enero de 2015

Crítica de “The Imitation Game”

-Interesantísimo biopic, una historia que merece verse ensalzada por una interpretación de Benedict Cumberbatch que es simplemente sensacional.

-Aunque el núcleo del guión sea aparentemente sencillo y se sirva de tópicos y alguna que otra artimaña, no permitan que los árboles les impidan ver el bosque. Éste es un drama tan preciso como acerado.

El cineasta noruego Morten Tyldum, que allí por el 2011 nos sorprendió a muchos gracias a su thriller “Headhunters”, regresa a la gran pantalla con un potente drama biográfico en clave de thriller, que nos cuenta la historia del matemático británico Alan Turing. Al que se le encargó la tarea de descifrar los códigos nazis de la máquina Enigma durante la Segunda Guerra Mundial y que es considerado actualmente uno de los padres de la ciencia de la computación. Para adaptar la novela del matemático y escritor Andrew Hodges, tenemos a un debutante, el americano Graham Moore, el cual está recibiendo todo tipo de elogios y nominaciones por su trabajo en el filme. El reparto es otro de los puntos fuertes de este biopic, Benedict Cumberbatch le pone cuerpo y alma a Alan Turing pero le apoyan un listado de secundarios del más alto nivel, firma de identidad del cine británico, algunos de ellos son: Keira Knightley, Mark Strong, Charles Dance y Matthew Goode. Por último dos nombres más, el primero Óscar Faura, director de fotografía español al que se le conoce especialmente por su trabajo en “El Orfanato” y “Lo imposible”. Segundo, Alexandre Desplat, el compositor parisino que este año vuelve a apostar fuerte para intentar llevarse la estatuilla. Ha sido un placer ver esta película, 114 minutos pegado al sillón sin apartar la vista de la pantalla. Aún conociendo la historia no deja ésta de ser fascinante, sorprende la sutileza de un debutante como Moore al tratar ciertos aspectos de esta historia de secretos y mentiras, y luego está Cumberbatch, no me imagino a otro actor logrando una actuación de semejante calado y profundidad emocional, se merece el Oscar tanto como Spall.

Un problema al que debe enfrentarse el guionista y que evidentemente también afectaba a Tyldum es lo longeva que es esta historia. Se ha elegido tratarla a través de flashbacks y flashforwards y la verdad es que funciona bastante bien este tipo de tratamiento, a pesar de que alguno de ellos no llega al minuto de duración. Escribir el resto del guión no iba a ser una perita en dulce y menos aún cuando el personaje retratado es uno tan complejo y lleno de secretos. Pero de nuevo el debutante sorprende aprovechando el personaje y creando brillantes paralelismos para con la historia que él vive, el genio especializado en desvelar códigos cifrados es también la persona que más secretos guarda, codifica y esconde su personalidad ante el poder. Del mismo modo el libreto trata con otros tipos de prejuicio en la época, por ejemplo el sexismo. Y estas son solo algunas virtudes del guión de Graham Moore, guionista al que no debemos quitarle el ojo de encima. Pese a todo, la estructura del guión es bastante simple, puede parecer un biopic al uso cuyo único punto destacado es la complejidad del personaje principal. Y aún con la precisión con la que Tyldum filma cada triunfo y cada derrota de Turing, no deja de parecer que lo que se nos presenta podría verse en cualquier biopic. Estos son problemas que puede provocar el no recibir el filme con la mente abierta o quedarse solamente con lo que se nos presenta en el exterior. Si saben profundizar en la trama y pasan por alto algún truco de guión disfrutarán de una historia magnífica.

Moore y Tyldum han hecho bien en llevar esta historia a la pantalla, pues todo el mundo debería conocerla. Si no sabes quien es Alan Turing y/o no sabes muy bien que fue lo que hizo, disfrutarás más -si cabe- de este excelente drama. Esta es la apuesta más arriesgada del director hasta la fecha, también la película más cara que ha hecho y su trabajo es firme, no es sólo la precisión con la que controla los momentos importantes de la vida de Turing, sino también el respeto por la historia que narra y por el propio personaje, aspectos que parecen no haberse perdido en el traspaso de la novela de Hodges a la cámara de Tyldum. Otro aspecto muy bien llevado es el ritmo, si bien algunos flashbacks o flashforwards pueden sacarte de la historia con brusquedad, el ritmo del filme esta muy bien medido y mantiene la atención del espectador de continuo, la sobresaliente labor de Desplat ayuda de sobremanera a ello, quizás sea este año cuando por fin recoja el preciado Oscar. Queda hablar de los secundarios, todos hacen un excelente trabajo, incluso Mark Strong en tan pocos minutos, pero destaca Knightley, que no siempre hace un trabajo tan bueno como aquí y ojalá lo hiciera más a menudo. De las mejores actuaciones femeninas del año a día de hoy.

En un año tan lleno de biopics como 2014 tan solo algunos de ellos han conseguido hacerle honor a la figura que pretendían retratar. El mejor que he visto hasta el momento ha sido “Mr Turner” que se encuentra -hasta el momento- en un agraciado quinto puesto en mi lista de las 10 mejores películas de 2014. Pues bien, este nuevo drama biográfico llegado desde Gran Bretaña de la mano de Morten Tyldum se convierte en el segundo mejor biopic que he tenido la ocasión de visionar este año. Porque cuenta una historia fascinante con habilidad y respeto por Alan Turing, porque su guión a pesar de problemas considerables, tiene muchas cosas importantes que decir y porque Benedict Cumberbatch hace una interpretación tan extraordinaria que incluso cuando el filme tiende a fallar, tiene algo donde apoyarse. No es ni mucho menos una de las mejores películas del año pero sí cuenta una de las mejores historias y tiene dos de las mejores interpretaciones que vayan a disfrutar en una película del 2014.


Alejandro Arranz

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