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viernes, 25 de mayo de 2018

Crítica de "Han Solo: Una historia de Star Wars"

-Un entretenimiento tan efectivo como insustancial, que despega por la solvencia de un Ron Howard excelente en la puesta en escena.

-Las bajas expectativas logran que una vez más Han Solo se salve por los pelos.

La relación entre los fans y el universo Star Wars es cada día más difícil. Tras dos episodios atacados respectivamente por su condición de copia sin riesgos (VII) y sus excesivos riesgos (VIII), y un spin-off irregular heredero del bélico de Raoul Walsh (Rogue One), llega otra historia de Star Wars. Ésta suena bastante más ambiciosa, pues intenta plasmar la juventud del canalla contrabandista más famoso de toda la galaxia. Y haciendo honor al estilo de vida de Han Solo, la producción del filme se ha topado con problemas en cada esquina. Empezando por la elección de Alden Ehrenreich como protagonista, rechazado de primera mano por los fans y elegido tras supuestamente hacer un gran casting para más tarde necesitar un ayudante de interpretación que puliera algunos aspectos de su trabajo. No obstante, el gran golpe fue el despido de Phil Lord y Chris Miller (La LEGO película). Al parecer los cineastas se tomaban excesivas licencias con el guion de Lawrence Kasdan, repetían tomas hasta la saciedad y estaban convirtiendo la película en una especie de Ace Ventura. Siempre está la posibilidad de que estuvieran realizando la cinta más atrevida de la saga galáctica, pero nunca lo sabremos. Fue Ron Howard, actualmente fiable director de encargo, el encargado de reconducir la película. Ahora Han ha vuelto, y no está solo.

domingo, 16 de octubre de 2016

Crítica de “Inferno”

-Un blockbuster tan inepto como insoportable. Mal escrito, dirigido e interpretado; y encima grotescamente aburrido.

-Un filme sólo para fans muy incondicionales de los cómicos textos de Dan Brown. El resto se dará cuenta, ésto es igual de tonto pero mucho más chapucero.

Nada ha impedido que los libros de Dan Brown, protagonizados por el -ya famoso- personaje de Robert Langdon, fueran un éxito tras otro. Ni siquiera el hecho de que casi todo lo que escribe este señor sean incoherencias cogidas con pinzas y batiburrillos teológicos con poca densidad y menos credibilidad. Al menos el novelista es capaz de hacer atractivos a los personajes, formular una narración cuanto menos interesante, vincular con ingenio los recursos históricos y enganchar al público. Las adaptaciones cinematográficas también aceptan una definición similar. Tanto El código Da Vinci como Ángeles y demonios eran thrillers tremendamente absurdos, pero aprovechaban su frenético ritmo, sus potentes repartos y su categoría de intrigas tontas y sin pretensiones que buscan entretener. Ron Howard se encargó de las dos primeras y ahora regresa para adaptar una más. La tercera entrega adapta la trama del cuarto libro, posponiendo los acontecimientos de El símbolo perdido para una cuarta película que no parece interesarle demasiado al director. En palabras de Howard, este cambio fue para darle a Hanks una gran oportunidad interpretativa derivada de la amnesia que sufre su personaje, que habitualmente “lo ve todo y lo sabe todo”. Otro motivo era que no quería hacer lo mismo por tercera vez. Pues bien, David Koepp repite como guionista tras entrar en Ángeles y demonios con la salida de Akiva Goldsman (A Beautiful Mind), también repite Hans Zimmer por tercera vez y Tom Hanks vuelve a meterse en la piel del profesor Robert Langdon. El reparto lo completan: Felicity Jones, Ben Foster, Irrfan Khan, Omar Sy y Sidse Babett Knudsen. Veamos ahora como ha respondido la saga a este cambio de planteamiento.