-Mel Gibson ha vuelto. Y por eso esta película es como un regreso a los buenos tiempos del género. Diversión bruta, cinética y socarrona para toda la familia, o casi.
-El guión vive de los mínimos elementos para estructurar la narración. No busquen aristas, matices, ni nada por el estilo. Aunque la dirección de Richet sí tiene un par de cosas que decir.
Jean-François Richet es un director difícil de catalogar. No hay muchos nexos de unión entre sus diferentes obras, tampoco un criterio estilístico, temas interrelacionados, etc. Tras su díptico “Mesrine” y una etapa de barbecho personal, en 2015 estrenó “Una semana en Córcega”. Un remake de la comedia francesa “Un moment d'égarement” (1977) de Claude Berri. Era una película entretenida, jugueteaba con temas interesantes -sin llegar a desarrollarlos- y tenía un reparto sensacional (destacando una brillante Lola Le Lann); pero no parecía el sitio de Richet. Ahora vuelve a cambiar de género sin conexión alguna con el resto de su filmografía. En esta ocasión vira hacia el cine de acción puro, duro y enfurecido. Pudiera parecer que hay cierta semejanza con “Asalto al distrito 13”, el remake de la película de Carpenter, pero la verdad es que no. La historia de esta película, la de un padre exconvicto que debe ayudar a su hija matando a un montón de criminales, definitivamente no es nada nuevo. Precisamente porque esta película parece un viaje hacia atrás, hacia la nostalgia. La historia proviene de una novela del guionista Peter Craig (“Sinsajo”), que se encarga de co-escribir el guión de la cinta junto a Andrea Berloff (“Straight Outta Compton”). Pero lo que de verdad hace esta cinta interesante, es su protagonista. El regreso de Mel Gibson al género que le encumbró como actor, es una alegría para muchos. Y además le acompañan unos secundarios de lujo, como por ejemplo: Erin Moriarty, Elisabeth Röhm, William H. Macy, Diego Luna y Michael Parks -entre otros-. Ahora veamos lo que este thriller de acción frenética puede aportar a los espectadores, y si nuestro querido Gibson consigue redimirse tras una buena ración de acción.