lunes, 25 de julio de 2016

Crítica de “Infierno Azul”

-Una serie B que no interesa ni entretiene. La fotografía y Blake Lively son sus activos principales.

-Podría pasar su torpe dirección, el horrible guión e incluso que le sobre media hora; pero la verdad es que en ningún momento entro en el juego de Collet-Serra.

Jaume Collet-Serra es un director bastante competente, pero por un conglomerado de razones sus películas nunca llegan a interesarme. La razón más importante es que trabaja con guiones de calidad cuestionable. Las películas de este director siguen su propia lógica insostenible que sólo funciona si compras lo que él vende. Nunca ha conseguido atraparme. “La huérfana” me parecía una película larga y sobrevalorada por el público. Después, cuando se pasó a trabajar en thrillers de acción con Liam Neeson, elogié su capacidad de marcar el ritmo y de realizar diestras escenas de acción, pero la falta de tramas interesantes y los absurdos constantes, hacían que me refugiara en los trabajos de Neeson. Ahora el director se pasa al terror de serie B con una de tiburones. El guión corre a cargo de Anthony Jaswinski (“Kristy”) y el protagonismo recae en Blake Lively. Ahora veamos lo que me ha parecido esta nueva película de Collet-Serra, una supervivencia que busca entretener al espectador, darle un par de sustos y lograr algún que otro homenaje al clásico “Tiburón” de Spielberg.

domingo, 24 de julio de 2016

Crítica de “Election: La noche de las bestias”

-La carrera por la peor película del año acaba de ponerse seria, el filme de James DeMonaco entra en primera posición y que baje de ahí puede ser terrible para la salud de este articulista.

-Si algo nos ha enseñado esta saga es que hay que acabar con la purga anual. Votad si queréis a Donald Trump pero por favor que no haya más entregas de este despropósito.

James DeMonaco antes de ser director trabajó como guionista. Y en mi opinión dejó un par de trabajos de cierto interés. The Negotiator y Assault on Precinct 13 no son obras maestras, pero cumplen mayormente con sus pretensiones de entretenimiento. Tras esos “éxitos” se pasó a la dirección debutando con un drama de historias cruzadas con el título Staten Island. La película que no llegaba a ser interesante, estaba protagonizada por Ethan Hawke y Vincent D'Onofrio. El triunfo de este guionista y debutado director llegó con el inicio de The Purge. Lo que ahora es una exitosa y violenta trilogía de serie B comenzó como una pequeña distopía que seguía la fórmula argumental de las invasiones domésticas con un toque ambiguo y ciertos elementos diferenciadores que convertían sus primeros 20-25 minutos en algo realmente interesante. A partir de ahí la película se convertía rápidamente en una soberana estupidez violenta, repleta de fallos y sin fundamento alguno. Por alguna razón una idea que había nacido fallida en una primera entrega, obtuvo una secuela de pretensiones mucho mayores. DeMonaco sacaba la acción al exterior y hacía una lamentable critica a la división de clases con una película de acción de serie B tan crispante, tediosa, asquerosamente violenta y estúpida; que entró fácilmente a formar parte de las peores de aquel año. Ahora tenemos una tercera y presuntamente última entrega (no lo creo debido al final) que viene dispuesta a dar una vuelta de tuerca a sus predecesoras, pero no en ideas, sino en su capacidad de hastiar a cualquier público que busque algo más que violencia videoclipera.

sábado, 23 de julio de 2016

Crítica de “La leyenda de Tarzán”

-Warner la arranca la esencia a Tarzán para crear un blockbuster de superhéroes tan mecánico, incompetente, irrisorio y sin alma; que uno prefiere ser atacado por un gorila antes que seguir en la sala.

-Construida sobre anacronismos. Esta película no tiene ni pies ni cabeza, tampoco tiene voluntad aventurera y su batiburrillo digital es muy feo.

El año pasado Warner Bros sufrió uno de los mayores fracasos en taquilla de todo el siglo. “Pan” de Joe Wright fue repudiada por la crítica y el público, tachada de película hortera, tediosa y tonta. El batacazo económico fue monumental, pero parece que Warner no aprendió la lección y se arriesgó a tropezar dos veces con la misma piedra. La existencia de esta nueva versión de Tarzán y el motivo de su apresurada producción (algo que se nota en cada fotograma) se deben al éxito arrollador de la versión de imagen real de “El libro de la selva”. El filme de Favreau gustó a todo el mundo, su fauna y su flora digitales recreadas con una atención al detalle sublime simplemente ayudaban a que la estupenda y conocida historia nos cautivara más aún. Y claro, Warner quería y necesitaba un huevo de oro de esos, así que recuperar a Tarzán era una decisión obvia. Hacerlo aprisa, con un CGI tan descuidado, un argumento tan poco concordante, un guión tan comercial y una necesidad de gustar a todo el mundo que acabara por no gustar a nadie; eso ya eran decisiones algo más dudosas. Pero antes de comenzar con el texto argumentativo, nombremos a los responsables primeros de esta nueva superproducción que llega a los cines de todo el mundo. Los cuatro guionistas encargados de traer de vuelta al personaje creado por Edgar Rice Burroughs son: Stuart Beattie, Craig Brewer, John Collee y Adam Cozad. El director designado para sacar adelante la propuesta es el competente David Yates, mundialmente conocido por dirigir las cuatro últimas películas de Harry Potter; y que se encargará también de comenzar la nueva trilogía de “Animales fantásticos y donde encontrarlos”. Por último tenemos a un atractivo reparto que lleve al público hacia las salas. Empezando por un hipermusculado Alexander Skarsgård y la infalible Margot Robbie y siguiendo con actores tan cualificados como Christoph Waltz, Samuel L. Jackson, Djimon Hounsou y Jim Broadbent -entre otros-.

lunes, 18 de julio de 2016

Crítica de “Money Monster”

-Un thriller muy entretenido que lanza unas cuantas reflexiones inquietantes. Puede acusarse a Foster de subrayar en exceso, pero al final lo que cuenta es que logra sus objetivos.

-La historia es muy interesante, la forma de contarla emocionante, el reparto está perfecto y el punzante humor negro hace el resto.

Hace 5 años que Jodie Foster no estrenaba película. Desde 2011 ha estado dirigiendo episodios de series como “Orange is the New Black” y “Mad Men”. Su anterior película fue “El Castor”, una loca comedia dramática tan negra como reflexiva que co-protagonizaban Mel Gibson y la propia Jodie Foster. Aquella atrevida película sin pretensiones también tenía en su reparto al joven Anton Yelchin, que desgraciadamente fallecía hace casi un mes en un terrible accidente. Tras unos cuantos años en la renovada ficción televisiva, Foster regresa a la gran pantalla con un tenso thriller en el que la economía, la sociedad y los medios de comunicación (en particular la televisión) son de vital importancia. Encontramos a tres guionistas mayormente televisivos: Alan DiFiore, Jim Kouf y Jamie Linden. Y en el reparto Jodie Foster vuelve a reunir a Julia Roberts con George Clooney para co-protagonizar la cinta junto a interesantes secundarios entre los que se encuentran: Jack O'Connell, Caitriona Balfe, Dominic West y Giancarlo Esposito. En esta ocasión la directora viene con muchas y honestas ambiciones, y aunque todas no se vean resueltas, me dispongo a explicar el porqué las balas de Foster no son ni mucho menos de fogueo.

sábado, 9 de julio de 2016

Crítica de “Mi amigo el gigante”

-Spielberg regresa de nuevo a su cine infantil con unos resultados estupendos. No es “E.T” ni mucho menos, pero me habría cautivado de verla siendo niño.

-Repleta de milagros visuales, emociones reales, aventuras fantásticas y libre de pretensiones. Es una historia encantadora y directa tan disfrutable por niños, como reflexiva para adultos.

Me sorprende que a estas alturas un estreno del legendario Steven Spielberg no rompa tantos esquemas como cuando yo era un barbilampiño enano entusiasmado con el cine. De aquella todo era pasión por el descubrimiento, fascinación por la aventura, ensoñación con la magia. Ahora todo es un poco más artificial, puede que la mirada pura y la carencia analítica de aquellos años se pueda utilizar como argumento contrario, pero para mí la verdad irrefutable es que ya no se hace cine como el de antes. En este caso hablo de cine infantil (vamos a decir un género aunque sea un “target”). El cine infantil actual deja mucho que desear, se produce en masa y hay pocas apuestas que realmente merezcan la pena. Y si hay un director que durante su carrera ha logrado cautivar a familias enteras con su sempiterna alma de niño, ese es Steven Spielberg. Sin embargo con los años su madurez como director le ha hecho bifurcarse. Vamos a decir que tenemos al Spielberg para adultos y al Spielberg para niños. El primero ha ofrecido obras tan densas y vastas como “La lista de Schindler”, “Munich”o “Lincoln” más recientemente. El segundo con el paso de los años ha perdido, en opinión de muchos, la esencia para hacer películas infantiles. Quizás esto lo provocara “War Horse”, que pese a evidentes virtudes era una película larga, dispersa y muy empalagosa. Pero en mi opinión “Tintín” demostró que seguía siendo un fascinante narrador de aventuras familiares, y más importante aún, que aún resguardaba algo de aquel polvo mágico de los clásicos de mi infancia que conseguían que cada fotograma volviera a ser un motor para la ilusión y el deseo de descubrir nuevos misterios, lugares, personajes y vivir nuevas aventuras. El cine podía volver a ser mágico, aunque cada vez sea más difícil ser positivo con respecto a su futuro. Dejando tanta cháchara atrás, he de decir que el estreno de “Mi amigo el gigante” es un hito artístico. La unión de Roald Dahl (o al menos de sus mundos), uno de los genios del relato infantil, con Steven Spielberg, unos de los mejores narradores cinematográficos de historias infantiles. Por tanto con este párrafo sólo intento decir que para mi un estreno de Spielberg, sigue siendo una importante fecha que apuntar en el calendario. En esta ocasión Melissa Mathison adapta el cuento de Dahl, Kaminski y Williams permanecen fieles al cineasta en sus respectivos puestos y Mark Rylance se pone en la piel del buen gigante protagonizando la película. La pregunta que se debe formular es ¿Sigue poseyendo el cineasta, la capacidad de comunicarse con el alma de los niños y retratar los entresijos de la infancia?

martes, 5 de julio de 2016

Crítica de “Esperando al Rey”

-Un filme de buenas intenciones e interesantes formas que no llega a ningún sitio. Puedo enumerar algunas virtudes, pero el conjunto me produce apatía.

-De una extrañeza casi admirable. Veo el filme con cierto cariño por la historia que cuenta y los esfuerzos de Hanks. Al final no tengo muy claro qué han querido contarme, ni porque lo han intentado de una forma tan caótica y poco atractiva.

Tom Tykwer es un cineasta que siempre ha sabido elegir historia interesantes y aportarles un estilo visual propio y un aura sensorial que en ocasiones le ha granjeado a sus cintas la categoría de culto. No obstante, desde la infravalorada “The International” protagonizada por Clive Owen y Naomi Watts; no ha hecho nada que llegara siquiera al aprobado raspado. Ahí tenemos de ejemplo perfecto su anterior obra, “Cloud Atlas” (El atlas de las nubes). Una estupidez pretenciosa y pseudo-filosófica que se alargaba hasta unas demenciales tres horas de duración. Sin embargo su nueva película pintaba interesante. En primer lugar era una adaptación de la elogiada novela de Dave Eggers, “Un holograma para el rey”. Después supimos que Tom Hanks sería el protagonista y la propuesta se volvió si cabe más apetecible. Su valoración en los premios del cine Alemán hizo el resto. Ahora bien, para poder visionarla hemos tenido que esperar a que llegara a los cines de nuestro país; ahora que lo ha hecho, he ido corriendo a ver como Tykwer nos narraba la historia de este alma perdida en medio del desierto.

jueves, 30 de junio de 2016

Crítica de “Malditos Vecinos 2”

-Una secuela que repite el esquema original reutilizando sus gags de forma torpe. Los guiños temáticos se suceden, pero las risas son muy difíciles de encontrar.

-Es preferente disfrutar del trailer y olvidarse de pasar por caja. “Neighbors 2” no ha sabido sacar mi lado salvaje y gamberro. No es inteligente, no es perspicaz, no es provocadora; es de usar y tirar.

El director Nicholas Stoller y los guionistas Andrew J. Cohen y Brendan O'Brien nos traen la secuela de la inesperadamente divertida “Neighbors”. El reparto original repite pero para enfrentarse en esta ocasión a una hermandad femenina liderada por una regular Chloë Grace Moretz. La película no busca en ningún momento llevarnos a un lugar diferente, su objetivo es unicamente hacer reír, y pretende hacerlo tomando prestadas las bromas de su predecesora para repetirlas con una dependencia exasperante. Entre cinco y siete guionistas han colaborado para dar forma al “guion” de esta secuela, y parece que el 90% tenían un día poco inspirado, porque si elimino de la ecuación las risas condescendientes y las de “integración social”; a penas solté un tercio de carcajada en un par de ocasiones a lo largo de 92 dilatados minutos de película. Pero bueno, como texto de introducción me limitaré a introducir la propuesta. Y es que Evan Goldberg, Rogen y Stoller se dirigen simultáneamente a dos públicos. Por un lado adolescentes mayormente atolondrados amantes de las películas poco sesudas, con mucho “slapstick” y chistes o bien escatológicos o bien sexuales. Por el otro, cinéfilos más veteranos amantes de la comedia inmadura y generacional, y por tanto del “subgénero” de las fraternidades universitarias comenzado por John Landis (“Desmadre a la Americana”), continuado por Adam Herz (“American Pie”) y recientemente redefinido por Goldberg y Rogen (“Superbad”); que igualmente apreciarán los constantes guiños al cine fantástico y de terror (el embarazo en relación satírica con “La semilla del mal”) que tanto gusta a estos guionistas. Entre el cine de Judd Apatow, el de Ben Stiller, el de Adam Sandler y las señas de identidad propias (aquí muy desgastadas) del dúo Goldberg-Rogen se encuentra esta secuela, que acaba demasiado cerca de Sandler, por desgracia.

jueves, 23 de junio de 2016

Crítica de “Buscando a Dory”

-Pixar regresa con una secuela innecesaria, reiterativa, fatigosa, carente de la gracia, la conexión emocional y el sentido de la aventura de la original. La fórmula fracasa estrepitosamente.

-Una premisa interesante sostenida sobre clichés, guiños y situaciones recurrentes. Larga y frustrante, en esta ocasión a la compañía se le ha mojado la pólvora.

Andrew Stanton es a la animación moderna lo que Spielberg una vez fue al cine familiar y de aventuras. Un genio. Tiene a sus espaldas obras maestras como “Bichos”, “Wall-E” y la inolvidable “Buscando a Nemo”. Tras probar suerte en el cine de carne y hueso con “John Carter” y pegarse un batacazo artístico y monetario de proporciones históricas, el animador ha decidido volver con una secuela de la película más exitosa de su filmografía. “Buscando a Nemo” fue un hito en el cine de animación moderno y podemos decir que cambió la vida de muchos niños y la forma con la que los adultos miraban el cine de “dibujos”. La aventura de un padre pez para cruzar el océano en busca de su hijo con la ayuda de todo tipo de criaturas marinas, cautivó a familias enteras y sigue haciéndolo a día de hoy. Pues bien, algo más de una década después, y tras entregar una de las mejores películas del año pasado y seguramente uno de los mayores clásicos animados de la historia (“Inside Out”), Disney Pixar ha decidido volver a maravillarnos con una continuación. La historia de esta secuela está pensada por el propio Stanton, el guión está escrito por Victoria Strouse (“Falsa Amistad”) y para colaborar con Stanton en la dirección tenemos a Angus MacLane, director de cortometrajes como “BURN-E” o “Toy Story ¡Terror!”. La duda que aparece ante nosotros es si tenemos a la vista otra obra impresionante de Pixar o si no merece la pena mirar por el periscopio.

martes, 14 de junio de 2016

Crítica de “The Nice Guys”

-Shane Black regresa a la gran pantalla con una explosión setentera de risas chabacanas y colorido “pornomatográfico”. Crowe y Gosling hacen un dúo cómico exquisito.

-Puede que la película sea trivial, tenga un alma comercial o unas aspiraciones artísticas no aptas para algunos estratos sociales. Pero realmente es un caramelo prohibido que se disfruta tanto como cualquier cinta de Black. Está plagada de diálogos agudos y su apartado visual es una pasada.

Si no sabéis quien es Shane Black es casi seguro que habéis estado metidos en una cueva los últimos 30 años por lo menos. Este guionista y director de cine amante de la navidad, se hizo muy famoso a finales de los 80 y principios de los 90 con sus guiones para comedias de acción que marcarían la edad de oro del género. Véanse la saga de “Arma Letal”, “El último Boy Scoutt” o “El último gran héroe”. También hay una pequeña leyenda que cuenta que el productor Joel Silver le contrató como actor secundario en “Predator” para que reescribiera el guión del filme. Después de estos años Black desapareció de Hollywod hasta su regreso en 2005. Su vuelta sería como guionista y debutando como director en una comedia negra de acción. Un neo-noir de compañeros improbables protagonizado por un joven Robert Downey Jr., un recobrado Val Kilmer y la encantadora Michelle Monaghan. El filme, con el título "Kiss Kiss Bang Bang", fue una hilarante vorágine de grosería y violencia que marcó definitivamente el estilo de Shane Black, que lo tiene, y a raudales. Su segunda cinta como director sería la tercera entrega de la franquicia “Iron Man” (en la que también trabajaría con Downey Jr.), la cual sería muy criticada por los fans de los cómics a pesar de ser con diferencia la más fresca de todas. Ahora regresa con otro neo-noir de compañeros con toneladas de acción y risas, pero ambientado en la época dorada del cine experimental (es decir, el porno), los coloridos, disparatados y alucinógenos años 70. Y siguiendo con los estilemas “shaneblackianos”, el director escoge a dos antihéroes de los más inmaduros para formar equipo por cuestiones del azar y el dinero. Ryan Gosling y Russell Crowe co-protagonizan esta nostálgica aunque ciertamente innovadora propuesta con la que Shane Black quiere volver a demostrar que es uno de los reyes del gag físico y visual.

domingo, 5 de junio de 2016

Crítica de “Warcraft: El origen”

-La excesiva parafernalia pirotécnica protagoniza esta fantasía manufacturada y sin vida. No tiene la espectacularidad, la profundidad, ni el poso dramático necesarios; es un videojuego al que no se puede jugar.

-Si lo que quieres es ver el primer Warcraft recreado digitalmente en pantalla grande, eres el público objetivo de esta propuesta farragosa, decepcionante y bastante aburrida. En el mundo de la fantasía audiovisual actual, está más cerca de la última de “El Hobbit” que de cualquier otra cosa.

De nuevo las esperanzas de los "gamers" de todo el mundo fueron renovadas, en este caso gracias a Duncan Jones, Universal Pictures y Blizzard Entertainment. Se vislumbraba al fin ese inicio que todos esperábamos, el día que un videojuego lograra una adaptación sino a la altura, consumible. Y con ello la llegada de muchas adaptaciones de grandes historias que nos ha regalado el “décimo arte”. Sería un día alegre, pues el séptimo arte está atascado ofreciendo los mismos productos, y el mundo del videojuego sería una rica fuente de contenido interesante que explotar, si se hiciera bien. “Warcraft” parecía ser la encargada de dar ese importante paso, y las esperanzas en la propuesta crecieron cuando entró a dirigirla el prometedor Duncan Jones. Este productor, director, guionista y confeso jugador incondicional de Warcraft ganador de un premio BAFTA, además de ser hijo del legendario David Bowie, tiene a sus espaldas dos películas excelentes a reivindicar. Son “Moon” y “Código fuente”, dos productos de ciencia ficción muy por encima de la media y que revelan a un autor con evidentes cualidades. No es de extrañar que su entrada como co-guionista y director diera vida a propuesta. El otro guionista elegido fue Charles Leavitt (“Diamante de Sangre”, “El séptimo hijo”). Por último el compromiso de Blizzard para ocuparse personalmente del proyecto “asesorando” durante la preproducción y el rodaje, fue un alivio para los fans que esperaban fidelidad visual y conceptual con respecto a la riqueza del Lore (historia y trasfondo del mundo) de Warcraft. Ahora que la cinta ya se ha estrenado en cines, es hora de decidir si lo último de Duncan Jones se define como precursor de un futuro advenimiento de adaptaciones de videojuegos, o se va al montón de “mejor olvidar” con “Resident Evil”, “Super Mario Bros” y ambas adaptaciones de “Hitman” -entre otros-.