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viernes, 30 de marzo de 2018

Crítica de "Ready Player One"

-Quítense las gafas VR, esta es una de las peores películas de la carrera de Steven Spielberg.

-Cinta tan banal como la distopía que retrata. Te echamos de menos John Williams.

El año pasado tuvimos nuestra ración del Spielberg político gracias a The Post, esa magnífica película sobre el buen periodismo. Este año le tocaba el turno al Spielberg aventurero, al cineasta que pone a prueba los confines del universo y las posibilidades del séptimo arte, al arquitecto de la infancia de varias generaciones, a uno de los maestros de la ciencia ficción. Un regreso en forma de adaptación de la elogiada novela de Ernest Cline, Ready Player One. Todo parece de ensueño: una premisa a la altura, el propio autor en el guion, un potente reparto (Tye Sheridan, Ben Mendelsohn, Mark Rylance, etc), un sinfín de guiños populares al alcance y nuestro Rey Midas favorito a los mandos del reluciente vehículo. Y sí, a priori este DeLorean luce fantástico, suena a música celestial y corre de forma vertiginosa; pero en cuanto llega la primera curva simplemente no da la talla. Claro, nos hemos equivocado de Spielberg, aquí solo está el productor infalible que sabe como nadie donde poner la cámara. ¿Ready? ¡Launch!

domingo, 27 de noviembre de 2016

Crítica de "Aliados"

-Zemeckis entrega un nostálgico y elegante cóctel de géneros. Sin embargo es también una película endeble, carente de intensidad, destello y sustancia.

-Ni el guion ni el reparto están a la altura de las circunstancias. Es como ir a la guerra con munición de fogueo.

Tras maravillarme con el 90% del metraje de Flight y con los quince minutos finales de la más que decepcionante The Walk; Robert Zemeckis vuelve con una apuesta bastante arriesgada. Está claro que en el último siglo ha sido uno de los directores que más se han preocupado por fusionar buenas historias con los avances tecnológicos que permitan contarlas de maneras más creíbles, profundas y sorprendentes (el resultado es otro cantar). Por eso esta melancólica vuelta atrás, hacia el Hollywood clásico, resulta tan inesperada como, insisto, arriesgada. Inesperada por lo apuntado, arriesgada porque el público del siglo XXI no parece estar preparado para recibir con los brazos abiertos el regreso de los melodramas clásicos. Ni siquiera si en la mezcla está el thriller de espionaje, el cine bélico y las atractivas caras de Pitt y Cotillard. Por otro lado el guion lo firma un señor con mucho talento, Steven Knight (Promesas del Este, Locke). Dicho ésto, los que -en cuanto a cine- seguimos esa filosofía de “cualquier tiempo pasado fue mejor”, estábamos deseosos de que Zemeckis consiguiera devolvernos el glamour, la intriga y la pasión de los tiempos de Bergman y Bogart.

jueves, 7 de enero de 2016

Crítica de “The Walk” (El desafío)

-Un remake innecesario que tropieza constantemente hasta llegar a un desenlace que es objetivo único de su realización. Cuando Phillipe pisa esa cuerda, comienza una escena magnífica.

-Zemeckis no sabe aunar lo humano y lo inhumano, siempre empeñado en impresionarnos pero sin prestar atención al drama ni a la relación entre los personajes. Es un logro técnico pero no una buena película.

Mucha gente opina que Robert Zemeckis no ha levantado el vuelo desde “Polar Express”, como siempre el que escribe estas líneas es de esos que llevan la contraria. Zemeckis ha cambiado ciertamente el rumbo de su cine. En el último siglo ha sido uno de los directores que más se han preocupado por fusionar buenas historias con los avances tecnológicos que permitan contarlas de maneras más creíbles, profundas y sorprendentes. “Beowulf” fue una película poderosa, con una gran capacidad de entretenimiento y la habilidad narrativa que siempre ha caracterizado al director de “Regreso al futuro”. Sin embargo su última película, “El vuelo”, es un mejor ejemplo de esa unión entre tecnología y humanidad. Zemeckis nos cuenta la historia de un hombre que ha tocado fondo, pero no se olvida de crear imágenes increíbles, como esa escena del aterrizaje que es absolutamente sobrecogedora. En esta ocasión el cineasta estadounidense nos quiere contar la historia de Phillipe Petit, el funambulista francés que caminó entre la torres gemelas. La historia ya la vimos en el fascinante y entretenidísimo documental “Man on Wire” (2008). Esto le daba dos oportunidades a Zemeckis, desarrollar más a fondo la relación entre los miembros del grupo y plantear el paseo final entre las torres de una manera realmente cinematográfica, acercarnos al momento presente en el que ocurrió, permitirnos presenciarlo en primera persona, colocarnos a nosotros en esa cuerda a más de 400 metros de altura.