viernes, 28 de septiembre de 2018

Lista de las 10 mejores películas de 2017 (por orden de preferencia)

Por fin, después de una incesante búsqueda de propuestas cinematográficas y su posterior visionado a lo largo de más de un año, he conseguido concluir la elaboración de mi lista de 10 mejores películas del 2017, siguiendo un calendario internacional. Este artículo es el final de una aventura difícil y maravillosa que se repite cada año, y espero profundamente que ayude a los lectores a descubrir películas desconocidas o a darle otra oportunidad a cintas que tal vez no acabaron de convencer a priori. Las películas estarán en orden de preferencia.

1) El hilo invisible.

Paul Thomas Anderson vuelve a dirigir la mejor película del año. Otro juego de espejos, otro laberinto psicológico, otra lección de cine, otro misterio falsamente encorsetado que se revela inquietantemente transgresor. Un filme de aliento singular, exquisita delicadeza y lirismo espectral, que uno devora con obsesión y que, a posteriori, trasciende.

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2) Three Billboards Outside Ebbing, Missouri.

McDonagh mezcla géneros y tonos con maestría y precisión arrolladoras, elaborando la zigzagueante narración de la propuesta más madura y compleja de su impecable carrera. Cada ingenioso chiste hace sangrar al espectador, provoca una risa incómoda, ambigua e inesperada. Pero la grandeza de esta película reside en su capacidad de ir más allá de diálogos ingeniosos y trucos de guionista avezado para profundizar con cortante honestidad, expectorante negrura y poética ternura en unos personajes rotos por las circunstancias. Las interpretaciones, extraordinarias.

Pincha Aquí para leer la Crítica de Tres anuncios a las afueras

3) The Square.

El largometraje más denso y agotador que he presenciado en 2017. Una desmesurada mirada crítica a la distópica actualidad en la que el cuadrado se convierte en el núcleo del aparato simbólico, haciendo del fuera de campo una herramienta fundamental para la construcción dramática y cómica de cada escena. La abominable virtud de una humanidad perdida, donde el lobo es un lobo para el hombre. Östlund construye un complejísimo e irónico cuadro sobre el cinismo, las consecuencias, la falta de confianza, los prejuicios, el origen y la reflexión, la masculinidad, la racionalidad del salvajismo, la jerarquía, el maltrato de la moral, los problemas de Europa, la provocación, la comunicación, la evolución y el arte. Claro está, todo depende de la percepción del individuo, y de si aguanta 142 minutos de atrevimiento y extravagancia significativa en su jocosa trivialidad. Östlund nos ataca con la repetición, como Warhol pero con talento.

4) Call Me By Your Name.

Pocas películas son capaces de crear un significado tan palpable, relevante y sensual de cada uno de los elementos que forman su mundo ideal. Ahí está el albaricoque, como paradigma de todo, como metáfora central. Alrededor, la brisa, la humedad, el perfume, el calor veraniego y la distancia a modo de protagonista de un relato que enfrenta opuestos, que evoca con valentía y afronta con intensidad. Una historia de pocas palabras que prefiere prestar atención a las miradas y especialmente a los cuerpos de sus personajes. Chalamet y Hammer realizan dos interpretaciones extraordinarias, orgánicas; su química en pantalla es inolvidable. Sin embargo la cámara de Guadagnino no se detiene en la descripción prosopográfica de sus criaturas, sugiere y provoca con cada ladrillo de ese pueblecito italiano, repleto de sutiles surcos e interminables curvas que nos instan a desear. Lo importante, cuando el hechizo termina y sales al frío del exterior permanecen en ti tanto valiosas lecciones como intensos recuerdos.

Pincha Aquí para leer la Crítica de Call Me By Your Name

5) The Florida Project.

Poderosa metáfora social de importante autenticidad emocional. Una tragedia narrada con la ilusión y el colorido de una infancia a punto de truncarse, ajena a los problemas de una realidad en crisis. Tiene la virtud de ser el filme más imperfectamente real y humano del 2017, tan cruel y tan hermoso, tan generoso e impasible, que se parece a la propia vida. Un conmovedor milagro.

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6) Lucky.

Un pedazo de cine tan sencillo, puro y fascinante como la mirada de Harry Dean Stanton. Suya es la película, el viaje espiritual y metacinematográfico de un actor irrepetible, de esos de cara esculpida en piedra sagrada, capaces de enseñarnos lo más profundo del alma de sus personajes con tan solo mirar. Lucky es el debut de John Carroll Lynch y la despedida de Stanton, es el estudio de un personaje completamente humano y una hermosa reflexión sobre el tiempo, la soledad, la amistad y la muerte. Una obra tan grande en su fondo como el actor al que homenajea, de inolvidable luminosidad y delicada perfección. Una sonrisa ante el abismo, un rayo de sol ante la oscuridad, una despedida conmovedora para un actor inmortal.

7) Columbus.

Un debut fascinante, delicado, humanista y referencial en el mejor de los sentidos. Historia de tránsito, de paralelismos, de conversaciones en las que el tiempo se detiene para observar, con mesura magistral, el acercamiento entre dos personas que necesitan avanzar. Kogonada aprovecha la arquitectura de Columbus para narrar más allá de las propias palabras. Cine en perfecto equilibrio, de belleza y pureza inauditas.

8) En realidad nunca estuviste aquí.

Ramsay mezcla lo real con lo imaginario creando la insignificancia de cualquier acción y la inexistencia de consecuencias. Centra toda la fuerza del relato en la corporeidad de Joe, en esa biografía hecha de cicatrices y fracturas, en su mirada vacía, en su deambular violento con el que recorre su camino hacia la deshumanización absoluta. Joaquin Phoenix, centro gravitacional de la propuesta, completa una de las interpretaciones más fabulosamente insondables y orgánicas del año, toda ella lenguaje corporal.

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9) November.

Entre Tarkovski, Bergman y Svankmajer se encuentra esta fantasía pagana de Rainer Sarnet. Una fábula sobrenatural ambientada en un tiempo en el cual la magia atrapaba más almas que la religión, en una aldea prometida con el pecado donde los campesinos se preocupan por afanar lo máximo posible mientras la alienada aristocracia terrateniente de origen alemán domina la vida política y económica. En ese lodazal fantasmagórico surge el amor, la única sustancia no maleable por tratos satánicos ni rituales rurales. A partir de ahí Sarnet ofrece una propuesta extraña, atrevida, hermosa, grotesca, aterradora, atmosférica y poética, que se permite insólitas reflexiones e inesperados estallidos de comedia. Resulta difícil no caer rendido bajo el hechizo de su onírico blanco y negro, de su impecable puesta en escena, su rareza bucólica/folclórica, su fascinante guion y sus bien digeridas resonancias. En negro termina una de las provocaciones más sugerentes y virtuosamente cinematográficas del año.

10) Western.

La cineasta Valeska Grisebach reformula los tópicos del western fronterizo para edificar con una profunda y sorprendente comprensión de la sensibilidad masculina un drama social sosegado, observacional y carente de aspavientos innecesarios, que radiografía con delicadeza y desbordante precisión la Europa moderna y su inevitable confrontación con las culturas tradicionales; con diferencias idiomáticas y enfrentamientos sociopolíticos incluidos. Lo mejor: Su personaje protagonista, un entrañable viajante de otra época.


Alejandro Arranz

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